Qué es la Tasa Google y cómo afectará a Internet

El Gobierno de España tiene previsto aprobar «de nuevo» en el Consejo de Ministros un impuesto conocido como «la tasa Google», aunque ya se aprobó en enero de 2019, su entrada en vigor se vio frustrada por la convocatoria anticipada de elecciones generales.
España y Francia serán los primeros países europeos en disponer de este tipo de impuestos para empresas tecnológicas.
La «tasa Google» es un impuesto que busca encontrar una fiscalidad más justa, ya que las grandes empresas tecnológicas internacionales apenas tributan por sus actividades en España. Este nuevo impuesto gravará la actividad de los gigantes de Internet y obligará a estas empresas a pagar los impuestos allí donde realmente estén generando ingresos.
Muchas de estas empresas evitan tributar en España, y lo hacen en otros países en los que obtienen grandes ventajas, por ejemplo en Irlanda. Esto supone que, empresas que obtienen grandes beneficios en nuestro país, estén pagando muy poco. Por ejemplo, en 2017, Google, Amazon, Facebook y Apple solo tributaron 24 millones de euros a Hacienda.
La tasa afectará a todas las empresas tecnológicas que tengan una facturación superior a los 750 millones de euros en todo el mundo y de más de tres millones en España. El impuesto se cobrará sobre los beneficios que estas empresas obtienen de la venta de datos o de los ingresos por publicidad online.
En concreto, se gravarán un 3% de los beneficios obtenidos por estas empresas. En cifras estimadas, se calcula que con este impuesto se aportarán hasta 1.200 millones de euros anuales al Estado, aunque no hay confirmación oficial sobre esta cifra.
Francia tiene activada una tasa parecida, llamada GAFA que obliga a las empresas a tributar en el país. Estas medidas han sido muy discutidas en Estados Unidos, el presidente Trump amenazó a Francia con la imposición de aranceles mercantiles si activaba esta medida y lo mismo ha sucedido con España.
Esta nueva tasa será sometida a votación hoy, martes 18 de febrero y se espera su aprobación, lo que colocaría a España como uno de los primeros países en establecer estas tasas. Sin embargo, incluso siendo aprobada, la imposición y cobro de la tasa se aplazará hasta final de año, a la espera de las elecciones presidenciales estadounidenses, debido a las presiones recibidas desde EEUU.