Los aumentos de temperatura consecuencia del cambio climático afectan de manera directa a la tecnología. Con centros de datos de los que depende el correcto funcionamiento de servidores remotos, cuando sube el calor cuesta más mantenerlos convenientemente refrigerados y pueden producirse fallos que afectarán a su desempeño.
La refrigeración de los centros de datos supone el mayor coste en energía eléctrica de su mantenimiento
El mayor coste de mantenimiento de los centros de datos es precisamente la refrigeración de los equipos, razón por lo que algunas empresas eligen instalarlos en ubicaciones con bajas temperaturas. Y por ello también la elevación de las temperaturas en todo el planeta incide en que las propia instalaciones de data center sufran un mayor calor en el ambiente que deben combatir.
El problema llega cuando las instalaciones de refrigeración se ven sobrepasadas, el calor es mayor de las temperaturas medias que se tenían en cuenta cuando se diseñaron, y el sistema es incapaz de bajar la temperatura a la que trabajan unos equipos que interrumpen su funcionamiento debido a los sistemas de protección contra sobrecalentamientos. La consecuencia es que diversos servicios online quedan interrumpidos.
El pasado mes de septiembre los termómetros marcaron en Estados Unidos temperaturas récord que obligaron a las autoridades a recomendar que los ciudadanos no salieran de casa para mantenerse a salvo del calor, y uno de los efectos fue que se produjeron fallos masivos de instalaciones como las de Twitter en distintas regiones, desde Oregon a Atlanta, que se vieron obligados a cerrar, con el consiguiente perjuicio para la experiencia de millones de usuarios de esas zonas que sufrieron interrupciones y ralentizaciones en el funcionamiento de la red social.
Lo mismo sucedió el pasado verano en Londres donde el calor también obligó al cierre de instalaciones de Google y Oracle ante las elevadas temperaturas, una situación que mientras no se frene el calentamiento global podría convertirse en habitual. Un escenario que se sumaría a los cortes de suministro eléctrico producidos también en época estival en aquellas zonas donde la demanda eléctrica por la utilización de aparatos domésticos de aire acondicionado supera la capacidad de las redes eléctricas, provocando apagones. Cortes de suministro eléctrico que también complican el funcionamiento de los centros de datos, a pesar de que la mayoría cuentan con sistemas de alimentación de emergencia, como grupos electrógenos.
Según datos proporcionados por la Agencia Internacional de Energía se calcula que el 1 % del total de la demanda eléctrica mundial procede de centros de datos, un porcentaje que se ha mantenido estable durante la última década gracias a los avances en la eficiencia de los equipos, pero ahora el problema es de disponibilidad de energía debido al cambio climático. Para afrontar esa posibilidad muchas empresas están apostando por las energías renovables como la solar y la eólica, que permiten una reducción de costes además de reducir la contaminación y la huella de carbono.
Otra alternativa es la que se está poniendo en práctica en países como Finlandia y Suecia, donde se emplean para los centros de datos ubicaciones con una baja temperatura ambiente, con lo que los requerimientos de refrigeración son menores. Pero dado que no todos los centros de datos pueden ubicarse en el Círculo Polar Ártico sino que en su gran mayoría necesitan estar ubicados con proximidad geográfica a grandes concentraciones urbanas y centros de negocios, desde la neoyorquina Manhattan o la City londinense a Tokyo o Shanghai para que el acceso a los datos sea aún más veloz.
En otros casos empresas como Amazon o Google pueden seleccionar para sus centros de datos emplazamientos con acceso a energías menos costosas, Microsoft ha probado a sumergirlos bajo el agua y Facebook ha optado en algunos casos por aprovechar el calor procedente de los centros de datos para proporcionar calefacción a los hogares próximos de una de sus instalaciones en Dinamarca y Amazon vierte el agua que refrigera uno de sus centros de datos en Oregón en un canal para irrigación de explotaciones agrícolas adyacentes.
Muy distinta es la opción que han adoptado empresas como Apple o Samsung, que el pasado año acometieron sendas iniciativas de plantaciones masivas de árboles, el método más eficiente de combatir el cambio climático mediante la captura de CO2 para transformarlo en oxígeno. En el caso de la empresa californiana será en India y la surcoreana escogió Madagascar.