Cinco consejos para elegir a tus socios cuando emprendes
Quizás sea la decisión más importante que tomas cuando emprendes. Por eso debes tomarte esta elección como la más estratégica de todas, la que va a marcar toda la vida y probablemente también la muerte de tu empresa. Tómate tu tiempo, piénsalo, mide las consecuencias de tu elección, repasa las recomendaciones que te dejo más abajo para que no cometas los mismos errores que nosotros, y elige.
No es el socio que necesitas tú, sino el que necesita tu empresa
En muchas ocasiones los emprendedores tendemos a pensar que la empresa somos nosotros, y esto no es así, ni siquiera en el caso de empresas unipersonales. Es el primer y gigantesco error que cometemos: la empresa no somos nosotros, la empresa es un conjunto de activos (materiales, inmateriales y humanos) que vamos construyendo a lo largo del tiempo para satisfacer las necesidades de la demanda; por lo tanto nuestro socio debe ser elegido en función de las capacidades que demuestre para la gestión eficaz de esos activos.
La más cómoda y catastrófica de las elecciones
Como consecuencia de creernos que somos nosotros los que necesitamos el socio, nuestra primera opción siempre es pensar en personas cercanas y conocidas, casi siempre: novio/novia, marido/mujer, amigo/amiga o compañero/compañera (alguien con la que hemos estudiado o hecho algún pequeño trabajito juntos).
Si alguna vez has elegido a una de las personas anteriores y has tenido éxito, enhorabuena, eres todo un privilegiado, un verso suelto, la excepción, un tipo raro, la fortuna hecha carne. Y no exagero, en el 99% de empresas de éxito, no se cumple este patrón. Lo habitual es que se imponga el sentido común: si en la elección del socio ha imperado la relación personal que os une por encima de las capacidades de cada uno; el batacazo está garantizado.
El rol apropiado, del máximo nivel
Íntimamente relacionado con el error anterior, otro que solemos cometer es la definición del perfil del socio que necesita nuestra empresa. Ya puestos a buscar, queremos que esa persona tenga TODO lo que nosotros no tenemos, y eso es imposible de encontrar. Debemos buscar aquel socio que sea un auténtico especialista en alguna tarea PRINCIPAL de nuestro negocio. Si la tarea principal de nuestro negocio es desarrollar un nuevo software, necesitamos una persona con mucha experiencia programando y analizado software. Si nos dedicamos a distribuir material, necesitamos a un experto en logística. Y si nos dedicamos a importar/exportar productos, necesitamos un experto en comercio internacional. ¿Es de cajón verdad? Pues te sorprendería saber el alto porcentaje de proyectos, cuyo principal ingreso proviene del tráfico web, que no contaban con un experto SEO/SEM entre sus socios.
Por supuesto, de entre todos los especialistas que encuentres, asóciate con el de máximo nivel. ¿Quién es el de máximo nivel? Aquel que puedes contrastar con datos, que está por encima del resto. Cuidado, porque te encontrarás con expertos que te venden que son la élite. Pero todos sabemos que la élite emprende por sí misma, no espera que alguien vaya a buscarla, ¿verdad?
Dos insuficiente. Cinco multitud.
Otro aspecto que considero se debe cubrir para hacer una elección de socios correcta, es definir su número, o al menos, el número máximo de componentes con los que estás dispuesto a emprender.
En función del tipo de negocio que emprendas te puede ser suficiente con dos miembros o por el contrario, necesitar más de cinco personas. Lo habitual es componer un equipo de 3 o 4 personas.
Normalmente: un responsable de finanzas, otro de tecnología y otro de marketing. Aunque como digo, esta estructura puede ser muy variable.
Dedicación y compromiso al 100%
Por último, aunque no menos frecuente, este es otro de los errores de bulto que solemos cometer. En el momento que conseguimos los socios que buscábamos siempre tendemos a relajarnos un poco, porque inconscientemente pensamos que al ser un grupo de personas, las tareas saldrán entre todos y nuestra relajación no influirá tanto.
Por otro lado, hemos introducido como socio a un megacrack de una de las tareas core de nuestra empresa, pero sólo a tiempo parcial, porque ya tiene otras iniciativas por su cuenta y sólo podrá dedicarnos algunas horas a la semana.
Otro de los socios, quiere participar como capitalista, sin trabajar para la empresa pero participando en la toma de todas las decisiones.
Estas son las tres situaciones que debes evitar a toda costa. Sobre todo al principio, la dedicación y el compromiso de los socios debe ser TOTAL. Trabajar todos en la misma dirección, poniendo todos los esfuerzos en la consecución de los objetivos que os habéis marcado, es la única forma de sacar adelante un pequeño negocio.
Cada una de las 5 secciones que forman esta entrada es un pilar de la estructura sobre la que descansa tu empresa. Invierte tiempo y recursos en construirlos, porque por mucho que crezca tu edificio, si los cimientos están podridos, nada evitará que todo se derrumbe en cuestión de segundos.
¿Cuál ha sido tu experiencia en este sentido?