Cuando las empresas toman consciencia de que necesitan contratar los servicios de un community manager profesional, muchas no saben cómo afrontar este reto. Además de buscar las cualidades fundamentales que todo Community Manager debería tener, se preguntan si éste debería ser un profesional integrado en la plantilla de la empresa o si sería mejor recurrir a una agencia externa o incluso un freelance.
Es difícil ofrecer una respuesta genérica, puesto que no es lo mismo la estructura de una gran corporación que la escasez de recursos que limita la toma de decisiones en una pyme.
Sin embargo, la elección no debe fundamentarse en criterios únicamente económicos. También hay que tener en cuenta la adecuación a los objetivos marcados y la filosofía general de la empresa Ambas opciones tienen sus ventajas e inconvenientes.
Ventajas de que el community manager forme parte de la empresa
Una opción que no habría que descartar a priori, dado que puede tener sus ventajas, es que un empleado actual de la compañía pase a ser el community manager. Tendrá la ventaja de que ya conozca a la compañía, a su competencia y al sector. La pregunta es si está debidamente formado para la gestión de perfiles en redes sociales.
También conviene cuestionarse si la empresa sólo adopta esta medida para evitar el gasto que supone la contratación de un trabajador. Si se va a sobrecargar a un empleado actual con “llevar las redes sociales” además de su tarea habitual, posiblemente el resultado sea nefasto. Se desmotivará y tampoco se conseguirán los resultados esperados.
La labor de community manager debe desarrollarse a tiempo completo y, dependiendo de la empresa, son necesarios varios profesionales. Si no se cuenta con el empleado idóneo, hay que contemplar la opción de contratar a una persona para el puesto o buscar una agencia de social media o un freelance externo.
Incorporar a una nueva persona supone incrementar la plantilla pero tiene importantes ventajas. Al integrarse en la empresa, pronto conocerá su realidad, su día a día, interiorizará sus valores y tendrá más autonomía para la toma de decisiones.
Ventajas de que el community manager sea externo a la empresa
Contratar un empleado conlleva un coste. Si tampoco se tiene alguien en planilla que pueda asumir la gestión de las redes sociales, una solución intermedia es contratar un profesional freelance o una agencia de social media.
Recurrir a un externo es más económico y permite beneficiarse de su versatilidad, pues trabaja con numerosos clientes en diferentes sectores y tendrá una visión más global. Su punto de vista aportará naturalidad, al no estar profundamente influido por la cultura de empresa.
Sin embargo, aunque se confíe la presencia en los medios sociales a un profesional externo, en la compañía siempre tendrá que haber una persona que se encargue de gestionar la labor de ese freelance o esa agencia de social media contratada.
Será la persona de contacto que proporcionará al community manager la información corporativa y las directrices necesarias para desarrollar su trabajo. Tener este nexo de unión es fundamental y la marca no podrá delegar esta tarea en nadie externo.