Cómo crear una newsletter atractiva

Las newsletters copan nuestro buzón de correo (y si hay suerte para la marca, no solo en el de spam) y se presentan de múltiples formas. Son una excelente manera de hacer saber a los usuarios y clientes las novedades del negocio, pero también es común pensar que su labor se limita a eso y nada más.
Las newsletter permiten generar tormentas de ideas para formar equipo entre los usuarios, buscar su feedback y premiarlos con descuentos o generar concursos
Sin embargo, podemos sacarle mucho más partido a un envío masivo sin necesidad de acabar irritando a los usuarios y despertando el sentimiento contrario al que nos proponíamos. Es verdad que lo más usual pasa por ofrecer descuentos para fidelizar a la audiencia, pero podemos hacer mucho más.
Como ejemplo, las newsletters pueden emplearse para hacer tormentas de ideas y hacer partícipes a los usuarios de títulos de libros, contenido de nuestro blog, o el siguiente paso a dar para la marca. Por otro lado, y como siempre, un concurso despierta la atención de las personas aunque llegue vía newsletter.
La imbricación de estas listas de correo con las redes sociales son vitales: se puede captar a los usuarios a través de Instagram y sus preguntas de las Stories, y a la vez en ellas se puede anunciar contenido exclusivo que se publicará en la newsletter.
Entre los elementos esenciales que debe tener una newsletter encontramos el texto personalizado y una imagen. La información de la newsletter cambia, pero el usuario es siempre el mismo: merece la pena crear configuraciones avanzadas en los principales sistemas de envío masivo, como puede ser Mailchimp, para incluir los nombres de las personas a las que nos dirigimos. ¿Quién no presta atención a una carta que se dirige a él en particular?
La imagen no es siempre imprescindible pero sí muy necesaria. La dificultad de las imágenes incluidas en una newsletters estriba en su calidad: una baja resolución nos dará una imagen pixelada que no sirve, y una resolución alta hará que el usuario gaste demasiados datos en descargarla y puede que no se visualice bien en su móvil.
Configurar una newsletter atractiva implica aliviar el texto a través de imágenes, emojis o incluso GIF. Hay que atreverse con todo, aunque en su justa medida, para no desvirtuar el sentido del correo.
Para finalizar, además de un formulario de contacto y de un asunto que despierte interés, podemos acabar nuestro mensaje con una pregunta para que los usuarios decidan escribir y dar su feedback. Esa será la prueba definitiva de que la newsletter funciona.