Cómo Internet une a personas también en la vida real

Leemos a veces noticias que nos indican que las personas que pasan mucho tiempo en las redes sociales o en foros y otras páginas de Internet, ven su vida social “real” mucho más reducida, por el exceso de horas que pasan online.
Ciertamente, todo exceso es malo –o casi todo- pero aunque parezca obvio, a veces también conviene recordar que Internet no sólo aleja a las personas conectándolas virtualmente, sino que si tienen predisposición, también las acerca.
Gracias a Internet también se pueden conocer muchas personas en la vida real. Es lo que denominamos “networking”, una práctica que complementa el establecimiento de relaciones virtuales y que permite que gente con gustos afines, con intereses comunes o que busque algo similar o complementario pueda llegar a conocerse.
Blogs, foros, redes sociales… nos permiten entablar una relación inicial con personas a las que nos une algo, pero como suele decirse, “siempre es mejor ponerse cara”.
O desvirtualizarse, siguiendo el idioma de Internet. En LinkedIn y otras redes sociales profesionales es muy habitual comenzar a hablar con profesionales del mismo sector, compañeros de trabajo o personas con las que se cree que se puede llegar a colaborar laboralmente. Pero generalmente, si estas relaciones no se afianzan con un apretón de manos, quedan en nada.
Por eso se organizan numerosos encuentros profesionales, quedadas para que los trabajadores y personas afines a un determinado sector, puedan conocerse y poner en común sus conocimientos y habilidades.
En el plano sentimental ocurre lo mismo. Cuando se conoce en Internet a una persona con la que hay cierto feeling, se hace necesario encontrarse en persona. Lo cibernético no funciona por sí solo, y una de cada 5 parejas ya se ha conocido en la red (un porcentaje que sube hasta 3 de cada 5 en el caso de las parejas homosexuales).
También Internet permite que personas con intereses comunes puedan conocerse o desarrollar una actividad de la que no hubieran tenido conocimiento por otros medios. Tanto para aficiones generales como para hobbies muy específicos en un periodo determinado y concreto del año.
Por ejemplo, aquellos que estén buscando compañeros para jugar al Paddle, o gente interesada en el mundo del ajedrez, encontrarán en Internet numerosas páginas en la que otros individuos buscan lo mismo. Y para llevar a cabo estas actividades, no hay otra manera que hacerlo en el mundo “real”.
Para actividades más específicas, también tenemos ejemplos. Imaginad personas que quieran realizar cursos de iniciación al surf en campamentos de verano, pues bien, gracias a Internet pueden enterarse de que en la playa de Razo, en Carballo, en la provincia de A Coruña, existe el campamaento de surf Artsurfcamp, que puede considerarse un punto de encuentro multicultural para aquéllos que quieren iniciarse en el surf y compartirlo.
Lo bueno es que en Internet existen “gustos para todos”, como suele decirse, y que nos apasione lo que nos apasione, encontraremos páginas, blogs, redes especializadas en ese tema que nos interesa, donde podremos entrar en contacto con gente con gustos similares.