Cuatro consecuencias negativas de la llegada del 5G
La llegada del 5G está a la vuelta de la esquina. Conexiones más eficaces, transferencias de datos inmediatas, ciudades inteligentes, frigoríficos que alertan de la fecha de caducidad de los productos o la conducción autómata son algunas de las grandes ventajas que nos depara este futuro no tan lejano.
La nueva tecnología afectará a la TDT y obligará a las comunidades a readaptar las antenas y a los usuarios a resintonizar los televisores
Pero, lamentablemente, no todo son buenas noticias. La llegada de la nueva generación de telefonía móvil podría afectar seriamente a la predicción del tiempo, que dejaría de ser tan certera. En concreto, un 30% menos. Y este no es el único problema que podría traer consigo.
¿Cómo afectará el 5G a la previsión metereológica? Según han alertado los expertos, muchos de los satélites que apuntan a La Tierra para monitorizar la concentración de vapor de agua en la atmósfera -claves para medir el tiempo- se verían afectados por las interferencias de los dispositivos que operen con 5G.
Esta nueva tecnología necesitaría, para operar, una frecuencia en torno a los 24 GHz, que es la que permite transmitir información a mayor velocidad. Aquellos dispositivos que utilicen esta banda -que es, más o menos, la que también usan los medidores de vapor- causarán interferencias que impedirán la detección de las concentraciones y la elaboración fiable de pronósticos meteorológicos.
Pese a la alerta que este anuncio ha ocasionado en varios organismos internacionales, otros expertos han llamado a la calma y señalado que este conflicto tiene solución, y será tan sencillo como reordenar el espacio ocupado por los satélites para que no se produzcan dichas interferencias.
No es la única consecuencia negativa. El mayor uso de la redes y el aumento en las descargas también ocasionará un aumento de las emisiones contaminantes. Según los expertos, las nuevas tecnologías necesitan entre el 5% y el 9% del consumo mundial de electricidad, lo que eleva al 2% su participación en la contaminación mundial, similar al generado por el transporte aéreo.
Una gran parte de esta energía la absorben los centros de procesamiento de datos -una media de 200 teravatios/hora (TWh) por año- . No obstante, este consumo se podría reducir con medidas encaminadas al uso de energías renovables o la mejora de los equipos de refrigeración de los complejos de datos.
Aunque pueda parecer que estas consecuencias no te afectarán, al menos no directamente, esta sí que lo hará: el 5G podría dejarnos sin televisión. Y es que la Televisión Digital Terrestre (TDT) en España debe dejar libre la banda de 700 megahercios, clave para garantizar la cobertura del 5G en las zonas más aisladas. Esto supondrá que las comunidades tendrán que readaptar las antenas y, los usuarios, resintonizar sus televisores.
Además, según advirtió ya la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), dejar esta banda al 5G supondrá la pérdida de un 30% del espectro que utilizan los servicios de TDT.
Por último, el nacimiento de esta nueva tecnología tendrá efectos adversos para la naturaleza, ya que la llegada del 5G requerirá de nuevos dispositivos que se adapten y esto generará una nueva oleada de aparatos obsoletos. Además, los nuevos dispositivos requerirán de nuevos materiales, cuya fabricación también tendrá un coste medioambiental.