Del evento unidireccional al multicanal

Hemos comentado en muchas ocasiones cómo las redes sociales han cambiado por completo la forma en la que nos relacionamos, tanto en el mundo online como también cuando coincidimos o nos desvirtualizamos en el mundo offline.
Imaginemos, por ejemplo, cómo han modificado por completo la forma de organizar y de atender a cualquier evento. Empecemos por lo básico: lo primero es convocar a los asistentes.
Antes había que enviarles una carta, una invitación formal con días o semanas de antelación… Ahora basta con crear un grupo en Facebook o tuitear la invitación para que aquellos interesados acudan, de manera fácil y sencilla. No digamos ya cómo ayudan a la hora de desarrollar la promoción y difusión del evento.
De la misma manera, gracias a las plataformas sociales es más fácil llevar el control de quienes confirman su asistencia o atender las preguntas de las personas que tienen alguna duda acerca de la ubicación o manifiestan que van a llegar más tarde… o cualquier otra circunstancia.
Además, las redes sociales y la popularización de los dispositivos móviles con conexión a Internet –ya sean smartphones o tabletas- también ha llevado a la diversificación de la comunicación en los eventos.
Hasta hace sólo unos años, el ponente o conferenciante emitía un mensaje que llegaba a los receptores de la información (el público) y generalmente quedaba ahí. Sin embargo, los canales se multiplican en la actualidad, ya que los oyentes no sólo escuchan, sino que también participan de la conversación.
Y no lo hacen sólo durante el turno de preguntas, sino que los asistentes a un evento multicanal son también emisores de información. Ellos retransmiten qué está ocurriendo y cómo lo están percibiendo, gracias a Twitter, WhatsApp y otros muchos canales de comunicación que facilitan la conexión entre los usuarios.
De hecho, contar con un hashtag ya es algo fundamental en cualquier evento, así como proporcionar a los asistentes la posibilidad de conectarse a Internet a través de una Wifi gratuita.
Eso sí, otra cosa que cambia es que ahora los asistentes no miran siempre a los ponentes, sino que gran parte del tiempo están escuchando pero con la cabeza gacha, fija en la pantalla del móvil para retransmitir el evento a través de sus redes sociales.
Pero la tecnología no sólo ayuda a la difusión del evento en sí, sino que las nuevas tendencias también facilitan la comunicación dentro del mismo. Gracias a aplicaciones de traducción simultánea y a los sistemas de mensajería con opción de idioma integrada, incluso se pueden mantener conversaciones en tiempo real independientemente de la lengua que cada interlocutor hable. Y esta tecnología no ha desarrollado todavía todo su potencial.
Además, gracias a las nuevas tecnologías, el evento no “muere” cuando finaliza. Se pueden difundir vídeos, presentaciones, retransmitir el streaming una y otra vez… y esto no es todo. Aquí también tiene todavía mucho que decir el desarrollo tecnológico pues en breve podrían disfrutarse las grabaciones de los eventos en todo tipo de pantallas, ¿por qué no en Google Glass? ¿O en la pantalla de nuestro televisor, adquiriéndolo como contenido “a la carta”?
Todo esto supone que haya plantear la estrategia de marketing a la hora de convocar y preparar la organización de eventos desde un punto de vista multicanal, aprovechando las posibilidades que brindan los adelantos tecnológicos.
Si así lo hacemos, planificando acciones previas creando contenidos interesantes –por ejemplo, en vídeo- y aprovechando los que se generen tanto por parte de la organización como de los asistentes durante el desarrollo del evento, lograremos, además de la dinamización de cualquier evento, facilitar su organización y, también, reduciremos costes. De forma aparejada, estaremos lograremos un mayor éxito de convocatoria, asistencia y satisfacción.