Delia Rodríguez: «Hay un minoría memécrata que torpedea todo el sistema”

Como redactora jefe de El Huffington Post y autora del libro Memecracia, Delia Rodríguez conoce muy bien cómo los contenidos virales han contagiado la red y han tomado su asiento en el poder. El mundo de la comunicación en Internet le apasiona. Ya en su juventud se encargó de montar la página web del diario La Razón, ha escrito sobre Internet en casi todos los grandes medios españoles y ahora la memética es su objeto de estudio. Asegura que los memes se contagian por medio de la emoción y que los medios y las marcas, carentes de racionalidad, se aprovechan de su viralización. Nadie escapa del poder de la memética, y a pesar de estar conversando sobre un universo tan complejo, su expresión es clara y su rostro expresa optimismo.
¿Qué forma pueden tomar los memes en la red?
Un meme puede ser una idea plasmada en un trozo de pensamiento, en un texto, en una imagen, en un vídeo, en un gif animado…en todo lo que te puedas imaginar. Hay un montón de clasificaciones, puede ser memética cualquier cosa. También se distinguen por la velocidad de propagación, hay unos que son explosivos y otros que van poco a poco. Los tienes puros, que son una tendencia que nace de forma espontánea, y los hay en los que intervienen en ellos elementos ajenos que los hace populares. Los hay inocentes y los que son manipulados para ser virales. Los tienes positivos, beneficiosos desde un punto de vista humano, y también los tienes negativos, memes de los que nos contagiamos y que pueden incluso acabar con nosotros.
De forma metafórica, en una distopía de memecracia ¿Qué grupos compondrían el escenario político?
“Facebook es la red social más cohesionada y la que mejor propaga los memes»
Ahora tenemos una mayoría memecrática espontánea, inocente, un gran partido político donde los memes suceden y pasan, sin más. Pero hay un grupo que sí que sabe cómo manejarlos, hay una minoría memécrata que sabe cómo funciona y torpedea todo el sistema. El otro partido se lo está creyendo todo y se está contagiando. Y luego está la gente, si quieres seguir con la metáfora, que en la mayor parte de las ocasiones no se entera de nada. Todo está muy revuelto y muy complicado, estamos al borde de la revolución (risas).
¿Cuál es el mejor remedio del periodista contra el contagio memético?
El escepticismo absoluto y la frialdad absoluta. Es decir, si los memes se contagian por la emoción, los periodistas debemos tenerla totalmente controlada. Tenemos que volver a la racionalidad, esa es la vacuna, una frialdad y una racionalidad absolutas.
¿Crees que esa frialdad y racionalidad puede beneficiar a un medio en términos económicos, de audiencia o de tráfico?
No es que vaya a beneficiar a un medio, nos beneficia a todos. En el momento en que los periodistas pongamos filtros y no hagamos de amplificadores de memes manipulados o negativos estaremos mejorando la sociedad. De cómo nos manejemos nosotros con ellos dependen muchas cosas. No es una cuestión de dinero, va mucho más allá, es una cuestión de responsabilidad social.
¿Puede un meme llegar a influir en decisiones parlamentarias o políticas?
Ya lo hacen. Te pongo el ejemplo de dos vídeos y dos mujeres. En un caso se ha creado una carrera política y en el otro se ha destruido. Tienes el vídeo de Beatriz Talegón , nadie la conocía hasta que salió ese vídeo del congreso del PSOE y todo el mundo pensó que ella era la gran esperanza. Esa chica pasó a tener una carrera política de un día para otro por un vídeo que alguien colgó en Internet. Por otro lado tenemos a Olvido Hormigos, concejala que, por un vídeo que vio toda España, se quedó sin carrera política. Tuvo que dimitir. Ya está ocurriendo en España, no nos tenemos que ir más lejos.
¿Cuál es la red social con más contagio memético?
Ahora mismo en España y en todo el mundo la red social más cohesionada que mejor propaga los memes es Facebook. Twitter es muy interesante y muy bonita para los que trabajamos con información, pero donde está realmente la gente y donde se contagian las cosas a muchos niveles es en Facebook. Como no tiene tantas limitaciones de espacio ni el carácter que tiene Twitter, Facebook sigue siendo el lugar donde se transmiten más memes. Nosotros, los medios de comunicación, lo vemos: cuando algo entra en Facebook y se hace viral puede estar meses dándote tráfico.
¿Existe alguna red social libre de virus?
No. Desde el momento en el que hay dos seres humanos juntos ya existe una transferencia de memes, van a montar su pequeña comunidad memética de ideas. Esto pasa con la unidad más pequeña, como una pareja y, por supuesto, en cualquier sitio de Internet
¿Qué papel cumplen los dispositivos móviles en la viralización de contenidos?
Un papel muy interesante, el hecho de tenerlo en el bolsillo y que lo tenga todo el mundo ha contribuido a que todo sea más rápido y menos pensado. Los dispositivos móviles han eliminado las barreras racionales, han hecho que pasen segundos desde que ves algo hasta que lo transmites. Todo es muchísimo más rápido y más emocional. Hay gente que se arrepiente después de las cosas que ha subido o ha tuiteado. También al llegar a todo el mundo se ha ampliado la base. Hay mucha gente que está descubriendo los memes a través de WhatsApp.
¿Qué pasaría con el periodismo si desapareciesen las redes sociales?
Fin de la civilización y volvemos a las cavernas: el periodismo en sí seguiría siendo exactamente lo mismo. Alguien en la tribu se iría a pasar unos días a la tribu de al lado y volvería con noticias frescas que contar alrededor del fuego. Sería una pena porque estamos en un momento muy divertido de la historia y muy interesante para los periodistas, pero al oficio no le ocurriría nada.
En este caso distópico…¿Cuál sería tu último tuit?
En el fondo me caíais mal todos (risas).