Pasamos todo el día conectados a Internet -hasta 4,5 horas diarias por asuntos personales, más allá del trabajo- y no podemos vivir sin nuestro teléfono móvil cerca. Incluso la mitad de los españoles asegura que prefiere quedarse sin sexo a tener que quedarse sin teléfono móvil durante un mes…
El 56% de los españoles confiaría sus contraseñas a su pareja
Y claro, todo eso acaba pasándonos factura al final. Según un estudio realizado por Kaspersky Lab, el 77% de los españoles admite tener «ciberestrés». Es decir, que su actividad online, o algunas circunstancias derivadas de ella, terminan generándole ansiedad o frustración.
De hecho, el informe establece que, a nivel europeo, los españoles son los que más sensación de estrés tienen con respecto a los niveles que tienen de adicción a Internet y a la telefonía móvil.
Según la investigación, para la que se entrevistó a más de 1.000 usuarios españoles, el 77% de los encuestados admitió estar estresado por las noticias que se publican sobre filtraciones de datos.
Por otra parte, el 77% afirma que la cantidad de contraseñas que tienen que administrar les causa un estrés innecesario, mientras que el 81% sufre de estrés cuando se trata de proteger sus dispositivos.
El estudio aporta otras conclusiones relevantes. El 58% de los usuarios españoles espera encontrarse con un problema de ciberseguridad en los próximos 12 meses.
De hecho, el 54% de las personas que se encuentran preocupadas por este tema admite haber sido víctima ya de un problema relacionado con la ciberseguridad.
En cuanto a las aplicaciones en las que menos confían los españoles a la hora de proteger sus datos frente a filtraciones o ataques, las redes sociales y el pago móvil son las que menos confianza generan (un 44% y un 30%, respectivamente).
Por el contrario, el seguimiento por GPS y las aplicaciones de monitorización de salud y de música son las más fiables, ya que sólo el 10% de los encuestados recela de ellas.
A pesar de este clima de desconfianza, más de la mitad (56%) de los españoles confiaría a sus parejas los datos de acceso a su ordenador o teléfono móvil, mientras que apenas el 5% lo haría a un gestor de contraseñas, y ello a pesar de haberse demostrado repetidamente que los humanos son el eslabón débil en la seguridad.