En busca de los usuarios: de la multicanalidad a la omnicanalidad…
Seguro que en los últimos años habéis oído hablar hasta la saciedad de la multicanalidad, de la necesidad de dirigirse a los usuarios, clientes y potenciales clientes a través de los distintos canales en los que estaban presentes.
Sin embargo, la evolución de las nuevas tecnologías ha propiciado la aparición de un nuevo perfil de consumidor y ha cambiado la relación entre individuos y las marcas. Los usuarios están en distintos canales, a través de diferentes dispositivos, pero a la vez, perciben la compañía como una sola y no quieren recibir distintos mensajes, y mucho menos, que estos no estén interconectados entre sí, procedan de donde procedan.
De ahí surge la necesidad de tener que crear nuevas estrategias para llegar a los usuarios basadas en la omnicanalidad. Es decir, ya no hay una variedad de canales y una variedad de estrategias sino que todo tiene que ser uno, una misma línea para llegar al consumidor a través de diferentes vías pero de forma inmediata y aportando valor añadido.
Esto es importante, el aportar valor. Hoy día estamos expuestos a miles de mensajes, de contenidos, de llamadas de atención, a través de distintos canales y hay que aportar valor a los usuarios para que se relacionen con nuestra marca. Si no, quedaremos diluidos en una maraña de mensajes.
Junto a la excelencia en el contenido, la nueva relación omnicanal, que integra todas las vías de comunicación para llegar al usuario de manera coherente y coordinada, se erige como una de las estrategias fundamentales para que la relación individuo-empresa se consolide.
Ya no importa el medio a través del cual tiene lugar la interacción, lo importante es situar al consumidor en el centro de nuestra estrategia y ofrecerle una experiencia integrada, por todas las vías: físicas, online, personales…
Para poder llegar a este punto, es fundamental que la compañía conozca el comportamiento y los gustos de las personas a las que se quiere dirigir.
Realizar una investigación previa que permita profundizar en la relación con los individuos permitirá situarles en el centro de la estrategia y desarrollar la relación logrando una mayor visibilidad y posicionamiento y convirtiendo, al final, al usuario en un prescriptor de nuestra marca.