José Araque: «Las redes sociales han cambiado la forma de hacer televisión»
ENTREVISTA a José Araque, periodista y reportero de televisión, que acaba de dejar el programa «Ya es Mediodía» de Telecinco para incorporarse al recién estrenado programa matinal «En Boca de Todos», en Cuatro, que presenta Diego Losada.
-José, ¿cómo han cambiado Internet y las redes sociales el ejercicio del periodismo?
-Lo han cambiado totalmente, empezando por el acceso a las fuentes, pasando por los contenidos o la posibilidad de buscar más información a través de ellos. Antes dependías del servicio de documentación de un periódico, ahora lo tienes todo en Internet y las redes sociales a golpe de click.
En este sentido nos ha facilitado mucho el trabajo. En “En Boca de Todos”, el matinal de Cuatro en el que ahora trabajo, sin los vídeos y contenidos a los que accedemos a través de Internet no podríamos hacer nuestro trabajo. La Red te permite acceder a las fuentes oficiales para obtener información o contrastar datos, pero, además, te permite encontrar vídeos a los que no podría llegar un reportero. Por ejemplo, vídeos en directo de un temporal, en la nieve, que una señora graba desde la azotea de su casa.
Las redes sociales nos han cambiado por completo la forma de hacer televisión. Sin ellas, no podríamos hacer programas de televisión como los hacemos actualmente. Nos abren una ventana para llegar allá a donde los reporteros no llegamos: a una denuncia social, a un documento determinado…
Instagram me parece que es un poco patio de porteras para bichear lo que hacen los demás pero también me permite estar en contacto con amigos a los que no veo
-En ese cambio juega también un papel importante el avance a nivel tecnológico…
-Por supuesto, la tecnología también nos ha cambiado la forma de trabajar y lo vimos especialmente durante la pandemia. Antes para hacer un directo había que emplear siempre una Unidad Móvil, pero ahora podemos hacerlo con una mochila o incluso el reportero, sin un cámara, puede tirar de su teléfono móvil y tecnológicamente este permite emitir una imagen que ni siquiera aparece pixelada. Obviamente nunca será como tener una cámara y un profesional, pero la tecnología te facilita la posibilidad de hacer más conexiones o acceder a más contenidos grabados por los espectadores sin que merme la calidad.
-Pero la tecnología, mal entendida, también tiene su parte negativa
-Así es. A pesar de lo que decía antes, yo también soy de los que creo que tanta tecnología a veces está apartando a las personas de las personas. Por ejemplo, vemos a muchas personas en el metro sin levantar la cabeza del móvil, enganchadas a TikTok, o parejas en una cafetería que ni se hablan y están consultando cada uno sus perfiles de Instagram…
-Por no hablar de las fake news, la desinformación…
-Y tanto. Estamos hartos de verlo estos días, con muchas de las noticias sobre la Guerra de Ucrania. Hay cientos de fake news y buena parte de ellas se encuentran en las redes sociales. El problema se plantea cuando no se verifica si esa información es verdadera o no. Es el mayor reto que tenemos los periodistas cuando queremos trabajar de forma seria al emplear la tecnología: ser capaces de discernir qué es verdadero y qué es falso.
Generalmente vamos con prisas y queremos contar ayer lo que está pasando hoy. Eso supone que a veces nos hacemos eco de informaciones, de vídeos… que no están contrastados, como está sucediendo ahora, que se distribuyen a menudo imágenes de otros conflictos bélicos. Yo siempre digo que un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y el periodista debería ser muy consciente de que su trabajo requiere de una responsabilidad extra.
-Los periodistas son por supuesto responsables, pero… ¿qué responsabililidad tendrían las propias empresas de redes sociales?
-También tienen su parte y a veces no entiendo por qué, por ejemplo, se permite la difusión de bulos o se es tan permisivo con los comentarios. Algunas redes como Instagram censuran un desnudo, sin embargo, se permite que cualquier persona pueda atacar a otra con cualquier burrada en un comentario y ahí no se ejerce ningún control.
Por supuesto está bien que las personas puedan emplear las redes sociales con total libertad, pero luego se están controlando cuestiones puritanas, que no son más que meras anécdotas, cuando cuestiones más importantes como el acoso necesitarían una mayor regulación por parte de las redes sociales. Tendrían que ir un paso más allá e igual que se censura un pezón, se debería impedir el ciberacoso y que cualquier persona pueda atacar a otra tan fácilmente. La regulación en este sentido es muy permisiva, la vida avanza y parece que vamos a rebufo, seguimos esperando para tomar medidas.
-¿Cómo utilizas tú las redes sociales? ¿Cuáles son tus plataformas favoritas?
Las redes sociales abren una ventana para llegar donde no llegamos los reporteros
El uso que yo hago de las redes sociales ha ido variando con los años, dependiendo de la época de la vida y el fin para el que las he empleado. Desde que abrí Facebook lo he utilizado para subir cosas que pudieran ver sólo las personas cercanas, mis amigos y familia.
Ahora a nivel personal empleo sobre todo Instagram, aunque también subo cosas de trabajo. Me parece que es un poco patio de porteras para bichear lo que hacen los demás, pero también me sirve para mantener el contacto con los amigos que no veo todos los días.
Para trabajar empleo sobre todo Twitter, que me parece la herramienta más inmediata a la hora de compartir información. En esta red social puedes encontrar noticias al minuto de estar ocurriendo, y sigo a muchos medios de comunicación. TikTok no lo uso mucho, aunque me hace gracia ver cómo lo emplean algunos compañeros, que se hacen sus bailes… yo soy más de bailar en bodas que en redes sociales.
-¿Cómo es la relación con los espectadores a través de las redes sociales? ¿Qué feedback recibes?
-Cuando trabajas en televisión siempre hay gente pendiente de lo que haces para comentarlo en redes sociales, o te escriben para comentarte, agradecerte e incluso darte alguna información.
Yo suelo, cuando acaba la semana, dedicar un par de horas a revisar los comentarios y mensajes que recibo en las redes sociales. Los leo todos y me gusta ser agradecido. Si cualquiera sin conocerte dedica cinco minutos de su tiempo a decirte algo bonito, creo que es de recibo tratar de responderle y alimentar esa conversación. Además, a nivel egoísta, considero que, si tu haces algo por otra persona, ya sea prestándole atención o ayudándole en lo posible, el karma siempre vuelve y, a la larga, puede que un día esa persona te sirva a ti de ayuda, quién sabe.