Entrevista a Juan Fornieles, subdirector de «El Mundo»
ENTREVISTA a Juan Fornieles, subdirector del diario El Mundo y director de ZEN, su suplemento de bienestar. Tuve la oportunidad de trabajar junto a él hace ya la friolera de 12 años, compartiendo noches en la mesa de Cierre del periódico en el que todavía el hoy trabaja. Desde entonces, las redes sociales han cambiado por completo el periodismo que conocimos, por lo que teníamos una charla tranquila pendiente. Sólo nos ha faltado debatir sobre running, pero en eso, sin dudarlo, me da mil vueltas.
– Juan, ¿cómo consideras tú que Internet ha cambiado el ejercicio del periodismo?
Internet ha sido una bendición para el periodismo, aunque resulte paradójico. Por un lado, es una herramienta increíble que nos ha cambiado la vida, tanto a los usuarios de la prensa como a los periodistas, que ahora no sabríamos trabajar sin páginas web, emails, buscadores, redes sociales… Por otro, es un invento que ha modificado por completo las reglas del juego poniendo en jaque a los medios en soporte papel.
A pesar de que Internet es uno de los causantes del declive de los diarios, no el único, se trata de un nuevo soporte que nos da inmediatez y un conocimiento de nuestros lectores sin igual. El alcance es universal, las cifras de lectores millonarias, el feedback inmediato y, poco a poco, se está convirtiendo en un soporte rentable que hará viables las grandes cabeceras.
– En tu caso, ¿cómo has visto tú que las redes sociales hayan cambiado la forma de hacer periodismo escrito?
Las redes sociales han roto tabúes periodísticos que parecían intocables. Recuerdo a un ex director mandándome cambiar una foto de portada porque a sus seguidores les parecía “demasiado cruenta”. No daba crédito. Hasta ese día, siempre habíamos sido partidarios de mostrar la crudeza de los atentados, de las guerras, de los seísmos.
Como usuario y profesional de la prensa, otra revolución ha sido ver cómo en muchas ocasiones las redes se convierten en fuente informativa antes que las agencias de noticias. Sin ir más lejos, me pasó con el terremoto de Haití. Ni France Presse, ni Efe, ni AP, ni Reuters, tuvo que ser Twitter quien salvó mi guardia con una fotografía que mostraba el desastre y que publiqué en la primera página de El Mundo.
Internet se está convirtiendo poco a poco en un soporte rentable que hará viables las grandes cabeceras
-Hay quien considera las redes todavía como una amenaza, ¿tú las ves así?
No son una amenaza, pero tampoco son panacea. Albergan grandes posibilidades, por ejemplo contactar con personalidades a través de mensajes directos o tener conversaciones con los lectores. Lo que no apruebo son las redes como canal del insulto o de las críticas destructivas que responden a intereses comerciales o políticos. Se puede discutir, se puede discrepar, pero siempre hay que dar la cara -abstenerse huevos y alias-, mantener la educación y el tono constructivo. Para mí es fundamental.
-¿Crees que pueden llegar a ser peligrosas dentro de una redacción?
El único peligro es cuando las redes sociales se usan en el puesto de trabajo para divagar y perder el tiempo. Con ánimo constructivo, son una herramienta más. Para disfrutar de ellas y sacarles partido personal, mejor fuera de la Redacción.
– ¿Crees que se está aprovechando todo su potencial?
En El Mundo ponemos mucho esfuerzo e inversión en torno a las redes. Son otro canal que nos conecta con los lectores y que nos aporta un caudal de usuarios nuevos. Aun así, es un ecosistema inestable y en constante cambio. Hay redes que empiezan a dar ciertos signos de agotamiento y otras que están polarizando la inversión publicitaria. Espero que, poco a poco, salgan nuevas iniciativas que sirvan para democratizar el tablero digital.
-¿Por qué no conseguimos, según tu opinión, encontrar un modelo de negocio rentable para los medios online?
Necesitamos implantar más cultura del pago por los buenos contenidos y, a su vez, alejarnos del banner invasivo que malogra la experiencia como usuario, sobre todo en los móviles. Y como lectores, deberíamos premiar a las páginas web que buscan información, que la crean, que investigan, y olvidar a aquellas que se nutren del pirateo de noticias. Puesto a hacer la carta de los Reyes Magos, también me gustaría que España invirtiera más en I+D digital para que bebiéramos menos de la tecnología americana y no fuéramos siempre un paso por detrás.
Las redes sociales han roto tabúes periodísticos que parecían intocables
-¿Están cambiando las reglas del juego los nuevos medios online?
Las reglas del juego de los medios digitales están en constante cambio, es parte de su encanto. En mi opinión, lo importante es que las páginas web periodísticas respeten los fundamentos de la prensa (buscar noticias, contrastarlas y publicarlas, cueste lo que cueste). Y, cómo no, seguir la senda de la rentabilidad para que sean viables.
– ¿Cómo utilizas tú, personalmente, las redes sociales?
Yo soy muy fan de Twitter porque es un medio ágil que me permite conectar con los lectores y con un universo que comparte conmigo aficiones como correr maratones, la meditación (mindfulness), el culto a las emociones o a una educación liberal y abierta a los nuevos retos profesionales/personales.
-¿Eres más de Facebook o de Twitter?
Absolutamente fan de Twitter.
– ¿A quién sigues?
A periodistas, runners, políticos, directivos, deportistas -pocos- y a algunos lectores con los que he conectado.
Necesitamos implantar más cultura del pago por los buenos contenidos
-¿Qué sueles hacer antes de dar a publicar un tuit?
Lo releo para evitar fallos ortográficos o de estilo. Es un vicio periodístico que no me puedo quitar…
– ¿El periodista, sea del medio que sea, cómo puede sacarles el máximo partido?
Ampliando su círculo de fuentes a través de las redes, estando atento a las tendencias y escuchando a los lectores, pero sin perder la firmeza en sus convicciones.