ENTREVISTA a Miguel Ángel Uriondo, director de “Sabemos”, periódico digital generalista que acaba de cumplir un mes de vida.
¿Qué valoración haces del primer mes de vida de “Sabemos”?
No podría estar más satisfecho. Hemos conseguido más de 120.000 usuarios únicos en este periodo, tenemos más de 5.000 followers en Twitter (@sabemos) y, lo que es más importante, creo que vamos encontrando, poco a poco, el tono de lo que vamos a ser. Se demuestra, una vez más, que Internet en muchas ocasiones consiste en construir cosas sobre la marcha y no tener miedo a evolucionar.
Os lo habrán preguntado hasta la saciedad, pero… ¿por qué “Sabemos”?
Es un nombre que ha demostrado que no deja a nadie indiferente. Te puede parecer interesante, o puede recordarte a “Podemos”, pero al menos no hay quien diga “a mí no me dice nada”. Al menos llama la atención.
Siempre nos preguntamos a la hora de dar una noticia: ¿Qué podemos aportar nosotros?
Profundizando, engarza con una tendencia clave hoy día: en un mundo de Internet donde la gente cada vez está más empoderada, la primera persona del singular se ha hecho más importante que nunca. Ahora de nuevo estamos hablando de política, la entendemos como nuestra responsabilidad y estamos recuperando el espacio de debate político, el espíritu ciudadano con independencia de cuáles sean tus ideas y tus principios…
¿Es ese espíritu ciudadano vuestra espina dorsal?
Queremos configurar un relato periodístico y veraz de la España actual, que sea muy plural. Queremos ser capaces de ofrecer distintos puntos de vista y que todo el mundo pueda sentirse implicado al leernos. Creemos que hay un público que quiere información plural en la que no haya una ideología clara. Queremos ser un espejo de la sociedad, y la sociedad no es de izquierdas ni de derechas, es plural. Si conseguimos eso, habremos acertado.
¿En qué os diferenciáis de otros proyectos periodísticos en Internet, incluso de los que están por venir?
En la actualidad en Internet hay proyectos periodísticos apasionantes. Me gusta mucho lo que hacen compañeros en otros medios. Hay un espectro de periodismo que se puede considerar de izquierdas con unos principios muy fuertes (como Cuarto Poder, La Marea, Eldiario.es) y luego otros digitales más relacionados con el mundo de la empresa o más tolerantes con el mundo del emprendimiento… pero me falta un espacio entre medias, hay un lugar en el medio en el que se puede convivir y nosotros vamos a intentar estar ahí para que la gente pueda dialogar y presentar ideas contradictorias. El diálogo es muy constructivo y nuestra idea es que después de leer algo que sale en un medio no seas la misma persona que cuando empezaste a leerlo.
Me recuerda a lo del talante… Se puede estar en medio sin estar en el punto de mira desde un lado y desde el otro
Una cosa es estar en medio esquivando las opiniones fuertes de un lado y del otro, pero mi idea es tener ideas fuertes de los dos lados. La idea es que al final todos acaben leyéndose porque ”estos de ‘Sabemos’ serán lo que sean, pero publican gente que me gusta y que no me gusta”. Es decir, en “Sabemos” mi posición sí está representada. Queremos que haya espacio para gente que pueda opinar cosas muy contrapuestas, otra cosa es el espacio de información donde trataremos de contar las cosas tal y como pasen.
¿Concedéis más peso a la opinión o a la información?
Están bien diferenciados. Hay mucha información y mucha opinión con firma. Ponemos mucho foco en los blogs y en las noticias sabiendo que somos muy pequeños, por lo que no queremos abarcar todo. Ante un tema, nos preguntamos siempre: “¿qué podemos aportar nosotros?” Si no podemos aportar y ofrecer una información diferente a los demás, mejor no lo cubrimos. Somos más una segunda lectura para un ciudadano bien informado que un medio en el que todo el mundo pueda encontrar todo. Por otra parte, no me van a doler prendas si otro medio ha sacado una exclusiva en reconocérsela y aportar nuestro punto de vista a partir del suyo. O utilizar un hashtag que haya popularizado un competidor gracias a una información buena…
Nuestra intención es ganarnos a los lectores día a día escuchándoles
En otras palabras, queréis ser un medio que se sume a la conversación…
Si, siempre que haya una conversación a la que sumarse. La cuestión es cómo te sumas. Si “El Español” quiere ser Yoigo, yo quiero ser como Pepephone. Alguien que lea
“El Español” regularmente luego leerá “Sabemos” y encontrará también contenido que le interese. Nuestra intención es ganarnos a los lectores día a día escuchándoles. Algo que no pasa mucho en el periodismo actual es que un medio vaya pivotando según lo que los lectores le piden. Me gustaría tener ese espíritu de start-up, de poder ir cambiando aquello que no funciona. Sin convertirnos en esclavos de los deseos de los lectores, si que resultará fundamental escucharles y ver qué necesitan, qué quieren leer. Vamos a tratarles como personas inteligentes.
¿Cómo se llevará a cabo ese ejercicio de escucha?
Varias formas, hay cosas que quiero hacer más adelante: llegar hasta el punto de que si un lector detecte una errata en una historia nos lo pueda enviar, o si nos hemos confundido… No pasa nada, la cuestión no es que cometas errores, la gente se confunde.. la cuestión es que sepamos rectificar y agradecer a la gente que complete una información. Voy a facilitar todas las vías posibles para que todo lo que sabe la gente de la calle se convierta en información. La gente si de algo tiene ganas ahora mismo es de conversar, y es a esa gente a la que nos dirigimos, la gente interesada en construir cosas buenas para todos. En las pasadas elecciones, hubo algunos lectores que nos señalaron, con razón, un error en una información. Lo que empezó de forma muy agresiva por su parte terminó creando una relación mejor de la que teníamos.
¿Y cómo pensáis que quiere el lector de medios digitales que se le trate? Hay quien apuesta por hacerle parte de una comunidad invirtiendo en ella, convirtiéndole en socio y dueño del medio….
Nosotros queremos que el lector invierta emocionalmente en nuestra comunidad. Queremos que se implique cuando se de cuenta de que le estamos hablando como a una persona inteligente a la que le estamos contando una historia que es lo bastante interesante como para querer compartirla. El storytelling es fundamental, la capacidad de contar historias. Los medios que me interesan, en lugar de contarte sólo pildoritas, te van contando historias que merecen la pena.
En un primer momento se os podría considerar como un medio más centrado en temas políticos y económicos…
Y también en las empresas. Creemos que no se presta suficiente importancia al papel que tienen nuestras empresas en este país, cuyo tejido empresarial está formado principalmente por microempresas o pymes. ¿Son malas las empresas si prácticamente todos los habitantes de este país son pequeños empresarios? Las empresas son personas, aunque sean personas jurídicas, y las hay que hacen cosas buenas y cosas malas. La labor del periodista es advertir de las que hacen cosas malas, como Gowex, y luego hay empresas que, siendo positivas, de vez en cuando pueden cometer un error.
No hay que ser fiel a las empresas, hay que ser leal, como un amigo. Los buenos amigos son los que cuando creen que te están equivocando, lo dicen. Vamos a señalar los errores de los empresarios, de los políticos, de los futbolistas… Vamos a generar un discurso en el que seamos íntegros y no hablaremos sólo de las empresas que compran publicidad, vamos a hablar de las empresas que no te meten publicidad pero que estén haciendo cosas de las que merecen que se hable.
¿Y como casa eso con los intereses comerciales de un medio que sólo se va a financiar con publicidad?
Precisamente es lo más fácil. La publicidad no debe ser un elemento de intercambio de integridad. Puede que muramos con esta idea en la cabeza, pero pensamos que el día que una empresa patrocine una sección en la que se está hablando mal de ella por algo estarán haciéndose un gran favor a sí mismos, por apoyar al periodismo y entender que eso no es comprarlo, sino generar espacios de diálogo que sin su apoyo no existirían. Las empresas que vengan a mí que quieran esa relación, genial. Si piensan que van a patrocinar una sección para que no hablemos mal de ellos, quizá sea mejor que vayan a otros medios. Y nosotros seguiremos hablando bien de ellos cuando se lo merezcan.
Suena muy bien pero suena idealista, es cambiar las reglas del juego.
Las reglas del juego están cambiando. Los lectores se dan cuenta de cuándo alguien empieza a dejar de hablar de una empresa porque ha patrocinado… En “Sabemos”, si alguien patrocina algo, se va a mostrar claramente. Y seguiremos hablando bien o mal de esa compañía, según se lo merezca.
Y con todo eso, cómo es vuestra estrategia de branded content. Generalmente las empresas sólo quieren reportajes que hablen bien de ellas…
Pondremos mucho foco en la realización de contenidos que interesen a los lectores. Los medios ayudamos poco a las empresas a entender qué quieren los lectores de ellos. Estoy seguro de que las empresas pueden generar información o contribuir al debate dejando muy claro que es un contenido patrocinado por tal empresa. Pero lo más importante es que debe tener interés para los lectores. Ejemplo: “El Mundo Today” tiene algunos contenidos patrocinados pagados por marcas con los que te descojonas, porque además siguen su línea editorial. Si las empresas dejan que les asesoremos y permiten que se creen espacios en los que se pueda hablar de ellas, tendrán mucho terreno ganado. Quizá en lugar de hablar de un tema determinado hay que hacerles ver que apoyando a periodistas a escribir sobre temas que les resulten de interés estarán haciendo llegar también su mensaje a los lectores.
No hay que ser fiel a las empresas, hay que ser leal, como un amigo
Es decir, que vosotros no entendéis el branded content como solo un remitido, sino como la generación de espacios en los que los periodistas pueden realizar investigaciones y hablar de contenido interesante.
Eso es, porque si no, no tendría sentido. Me parece más interesante que las empresas permitan a los periodistas encontrar huecos de información interesantes. Por ejemplo, una asociación sectorial que quiere que se hable de su sector. Eso sí, nos deben dejar que los periodistas encontremos historias interesantes. Si no podemos aportar nada tampoco a la empresa, pues también se lo diremos y rechazaremos su dinero. Si somos capaces de hacer con libertad esa información, los lectores recuperarán la confianza en los medios y las empresas verán valor en este tipo de información.
¿Dónde está el límite?
Hasta ahora, se ha considerado como una especie de barra libre el branded content. Hay medios a los que algunas empresas les pagan y tienen barra libre para incluir sus informaciones. Nosotros pensamos que si tu eres una prostituta es muy fácil ganar dinero a corto plazo, pero que te van a tratar siempre como una prostituta. Una vez que alguien te pierde el respeto, te lo pierde para siempre.
Tenéis una plantilla con nueve redactores, pero además, numerosos colaboradores… ¿en “Sabemos” las colaboraciones se pagan?
Somos once redactores incluyendo a las dos becarias y a mí mismo, que soy uno más. Aunque tenga más capacidad de decisión, no voy a dejar de escribir. Prácticamente todos nuestros colaboradores cobran un precio competitivo en el mercado, acordado con cada uno de ellos. Sobre todo, no va a haber nada que vaya patrocinado que no esté pagado. Hay gente que se ha acercado proponiendo hacer cosas gratis y que han pedido cobrar únicamente si entra un patrocinador. No me ha parecido mal. Hay que ser flexible, si además se traen un patrocinador de la mano, además de la colaboración se llevarán una comisión. La gente trabaja y tiene que percibir dinero por su trabajo.
Nunca has dirigido un medio. ¿Cómo es ese reto?. ¿Cómo es un día de trabajo del director de “Sabemos”?
En realidad, me paso el día escuchando a gente muy inteligente proponerme temas que jamás se me habrían ocurrido. Las tres cosas a las que más me dedico son, en primer lugar, estar a la altura de mis compañeros; en segundo lugar, aportar en la medida de lo posible con mis propios contenidos para estar a su altura y, en tercer lugar, quitarles toda la presión innecesaria para que hagan su trabajo con toda la calidad de la que son capaces. Al final del día, intento haberme parecido más a Leslie Knope, de Parks and Recreation, que a Michael Scott, de The Office.