Inteligencia Artificial: la implantación en las empresas producirá un billón de euros de beneficio
La Inteligencia Artificial (IA) es la tecnología que más cambios -y más profundos- promete a corto plazo. Se trata sin duda de una revolución tecnológica comparable a la aparición de Internet. Sus usos son tremendamente variados; desde asistentes personales, a elementos indispensables para la eficiencia en empresas y gobiernos.
La Inteligencia Artificial repercutirá enormemente en la producción empresarial; se estima que para 2020 el beneficio de esta tecnología ascienda a un billón de euros
Hoy, Microsoft ha presentado sus trabajos en el campo de la IA y los caminos a seguir en esta tecnología a directivos de más de 300 empresas españolas. Retos como el cambio climático, campos como la medicina y enormes mejoras en la producción se empiezan a perfilar en un horizonte en el que las máquinas y los algoritmos serán cada vez más autónomos.
En la empresa de Redmond estiman que en 2020, el 85% de las empresas habrá adoptado de una manera u otra la IA, lo que producirá beneficios de más de un billón de euros. En el caso de España, el 69% de las empresas tiene en marcha proyectos de IA o tiene previsto iniciarlos de manera inminente.
La creencia popular ha creado una imagen un tanto distorsionada de las inteligencias artificiales; generalmente encarnadas por ordenadores con capacidades más allá del ser humano capaces de dejar obsoleto al trabajador. Esta visión no es demasiado acertada. Desde Microsoft reconocen que la IA se encuentra en su infancia, y la mayoría de los procesos de los que se encargará esta tecnología serán tareas menores o que requieran mucho tiempo a los humanos.
Por ejemplo, en el campo médico, un programa de IA podría grabar la conversación entre médico y paciente y producir, de forma organizada, un informe señalando los síntomas, la historia médica, etc…que resultaría de gran ayuda al profesional de la salud, ahorrándole un valioso tiempo. Se mostró también el trabajo llevado a cabo con una ONG china llamada «Baby come home», dedicada a buscar niños desaparecidos. Mediante técnicas de reconocimiento facial basadas en IA, se ha podido encontrar a niños desaparecidos hace años.
En otro de los ejemplos presentados, una compañía noruega de electricidad esperaba poder optimizar la producción de energía de manera notable gracias al análisis, mediante IA, de los hábitos de consumo eléctrico. Y es que si la IA es buena para algo, es para analizar grandes volúmenes de datos y extraer conclusiones.
A nivel personal, la posibilidad de traducción simultánea, la capacidad de que un asistente virtual planifique el día a día en base a los datos que obtenga del usuario, etc, ofrece un gran valor al uso de esta tecnología.
Jordi Ribas, vicepresidente corporativo de IA de Microsoft, ha señalado que precisamente el volumen de datos actual, unido a la capacidad de computación existente y al desarrollo de nuevos algoritmos, es parte del clima perfecto que se da hoy en día para el desarrollo y aplicación de IA.
En cuanto a Microsoft, y en términos más tangibles, la compañía se prepara para el trabajo cruzado entre asistentes. De esta manera, Cortana, el asistente virtual de Windows, será capaz de trabajar con Alexa, su equivalente de Amazon. Y no solo eso. El proyecto de asistente virtual de Telefónica, llamado Aura, también tendrá esta compatibilidad cruzada.
Las implicaciones éticas del uso extendido de la IA no son pocas. La cantidad de trabajos que podrían perderse varían según a quién se consulte, pero las predicciones más pesimistas hablan de decenas de millones de puestos. Es cierto que la renovación tecnológica y el proceso dejan atrás muchas cosas, pero no necesariamente; la aparición de Excel no acabó con los contables.
Microsoft emplea a más de 5.000 personas en la investigación de Inteligencia Artificial, lo que da un sentido a la escala del cambio que esta tecnología supone. Por supuesto, no es la única empresa. Apple, Google, Samsung y todos los gigantes están dedicando una gran cantidad de recursos al desarrollo de IA.