Internet eleva a los eSports por encima de los deportes tradicionales

¿Dónde está el techo de los eSports? Estamos ante un fenómeno imparable gracias al matrimonio perfecto que conforma con internet. Si en el pasado la red de redes salvó a los juegos de azar y a empresas de muy diferente perfil, ahora va camino de superarse. ¿Por qué? Está catapultando al deporte electrónico hasta límites insospechables.
Hace unos años, los deportes electrónicos no gozaban de visibilidad alguna en España y eran muchos los que asociaban su interés exclusivamente a las aficiones estrambóticas de Asia. Nada más lejos de la realidad. Hoy, disponen de un dial propio dentro de la plataforma Movistar+, equipos como el Valencia o Las Palmas cuentan con disciplina de eSports, y algunos jugadores han adquirido el estatus de estrellas dentro del mundo virtual, caso de ‘Gravesen o ‘Zidane 10’.
No hay techo visible para los eSports ni a nivel nacional ni internacional. Los ejemplos están a la orden del día. Rafa Nadal acaba de proclamarse campeón del Open de Francia, un duodécimo triunfo que le reportará 2,3 millones de euros de beneficios. Mucho dinero pero no tanto como el que maneja la próxima Copa Mundial de Fortnite, ya que el futuro vencedor se embolsará 2,7 kilos.
Según datos elaborados por la consultora Newzoo y publicados por el diario ABC, los ingresos han aumentado, en este campo, un 27% con respecto a 2018. En 1995, Pete Sampras, que a lo largo de su carrera obtuvo 43.280.489 millones de dólares en premios, levantó por entonces su tercer Wimbledon. En ese momento, no había ningún jugador de eSports reconocido, no hasta que surgió la figura de Dennis ‘Tresh’ Fong y cuyo primer gran botín fue un Ferrari 328 GTS en 1997.
He aquí una aceleración sin parangón, propia del coche italiano de Fong para mirar por el espejo retrovisor al deporte de la raqueta. Detrás de ese meteórico ascenso figura como razón principal internet, porque las nuevas generaciones consumen productos por esta vía y están seducidas por los eSports. Lo saben las empresas y marcas. Algunas incluso han cambiado de camiseta. Adidas posiblemente dejará de vestir a la España de fútbol, pero, paralelamente, no para de firmar acuerdos con equipos de eSports. Su primer patrocinio en el mundo virtual data de 2018, cuando entabló una relación comercial con Lyon EDG. Y no es la única en proceso de trasvase. Facebook también va a empezar a retransmitir torneos de este tipo vía streaming.
Los juegos de azar crecen en línea
Facebook empezó con la NFL, pero ha sabido interpretar que el negocio streaming está aquí, en los eSports. Como referencia, la última final del Mundial de League of Leagends tuvo más de 200 millones de espectadores, tan solo en España existen ya 2,6 millones de aficionados confesos. Poco parece que queda para que acabe desbancando al deporte rey: el fútbol. Además, será cuestión de tiempo que sean una disciplina más en los Juegos Olímpicos.
Sobran los ejemplos para mostrar el beneficio que internet reporta a cualquier negocio. Por citar uno, salvó del hundimiento a los juegos de azar, en el plano nacional. Con la irrupción online de los casinos legales en España, al entrar en vigor la regulación de 2011, la situación dio un vuelco radical y se recuperó el interés de los jugadores. En la actualidad, representan un PIB muy superior al de la agricultura. Sin ir más lejos, los casinos en línea y las casas de apuestas generaron unos ingresos de 17.349 millones de euros en 2018, lo que supuso un 30,5% más que el ejercicio anterior. Al igual que con los eSports, internet le ha dado la oportunidad crecer y en su caso el de superar a la competencia directa: las Loterías y Apuestas del Estado.
En España, un país cada vez más dependiente de internet, antiguos gigantes caminan ahora con pies de barro, como es el caso de El Corte Inglés, por no saber adaptarse a los nuevos tiempos. En la década de los 80 y 90, la tienda por excelencia de nuestro país absorbía a los que le plantaban cara, ahora, en cambio, no le ha quedado más remedio que aliarse con AliExpress para recuperar el terreno perdido en el e-commerce y poder competir de tú a tú con Amazon, tienda que lidera la facturación online a mucha distancia sobre El Corte Inglés. En 2017, la compañía norteamericana facturó casi el doble que su inmediato perseguidor, 1.301 millones frente a los 684 de El Corte Inglés.