Josué Coello: «Internet ha aportado muchas más cosas buenas que malas al periodismo»

Entrevista a Josue Coello

ENTREVISTA a Josué Coello, periodista especializado en Economía de La Sexta, quien considera que la responsabilidad de cómo se emplea el caudal infinito de información que aportan las redes sociales es del informador. Es de los que piensa que la desinformación no es un problema que trae consigo Internet, como tampoco lo es la difusión masiva de fake news o la práctica constante del clickbait por parte de algunos medios de comunicación. «El periodista no puede controlar toda la información que se mueve en Internet pero sí puede controlar lo que él publica», señala.

Muy activo en Twitter, asegura que es la única red social que emplea en la actualidad. «Tuve Facebook hace unos años y salí pronto», reconoce. Instagram tampoco le llama la atención, aunque no le cierra la puerta del todo a las Stories… como sí lo hace con rotundidad a grabarse cantando y bailando en TikTok. Aunque quién sabe, quizá algún día tengamos que recordarle lo que decía en esta entrevista…

-Josué, ¿de qué manera Internet y las redes sociales han cambiado la manera de ejercer el periodismo?

-Internet cambió de arriba a abajo la manera de hacer periodismo y las redes sociales han cambiado la manera que tenemos de interactuar en el periodismo. ¿Cómo lo ha cambiado? Soy de los que creen que Internet ha aportado muchas más cosas buenas que malas para la profesión. Internet es una herramienta irrepetible para los periodistas: tenemos acceso a información global en cuestión de segundos, podemos analizar distintas perspectivas de lo que estamos contando y se nos brinda la oportunidad de hacer una entrevista en minutos.

¿Tiene elementos negativos? Evidentemente. Internet es un mar infinito donde podemos pescar lo que queramos y cuando queramos con el evidente riesgo de que alguna vez pesquemos lo que no buscamos y nos lo llevemos a la boca creyendo que sí es buen pescado. Siguiendo con la analogía, las redes sociales se han convertido en esa caña de pescar o en esa malla de pesca que tenemos en nuestra barca. La lanzas y a ver qué se pesca. A veces filtramos bien entre tanta información y a veces filtramos mal. La responsabilidad última es del periodista que tiene que saber que dispone de unas herramientas maravillosas para ejercer la profesión. Ahora bien, un uso irresponsable de esas herramientas hace un daño infinitamente mayor a las ventajas que traen consigo.

-¿De qué manera podemos aprovecharlas los periodistas y cómo no deberían cambiar nunca nuestra profesión?

Es un caudal infinito de información. Todo lo que sea acceso a más información, a más fuentes, a más datos y a más contexto es siempre positivo para los periodistas. ¡Y los periodistas tenemos que aprovechar eso porque lo que contamos tiene que tener todo eso! Yo no soy de los que creen que la sobreinformación sea un problema que trae consigo Internet o las redes sociales. Somos los periodistas los que debemos intentar no convertir la información en sobreinformación y para ello tenemos que elegir entre la marabunta de información que en Internet nos encontramos.

Es nuestra responsabilidad como periodistas filtrar toda la mierda que nos encontramos en las redes

El problema no es de Internet, el problema es de los periodistas que nos tragamos bulos, información incorrecta o datos tergiversados. Y muchos los publican o los cuentan sin ningún filtro. Eso forma parte de nuestro trabajo: saber elegir qué información es la válida, no lo primero que nos encontramos por las redes. Mierda hay mucha y tú como periodista tienes la obligación de retirar la mierda y quedarte con la información que aporta Internet, que es muchísima y muy buena, por cierto.

-¿Cuáles crees que son los grandes males o vicios de las redes sociales en la actualidad?

-Desde el punto de vista del periodista, creo nos hemos acostumbrado a trabajar a una velocidad que pocas veces aporta cosas buenas. Queremos publicar ya, queremos ser los primeros, queremos contar las cosas a veces sin corroborar las cosas todo lo que deberíamos. En definitiva, conllevan una práctica cada vez más habitual y perniciosa: la inmediatez con la que nos hemos acostumbrado a trabajar.

En ese proceso viciado, la responsabilidad es del periodista que ha hecho del periodismo una carrera para llegar el primero. Y eso es lícito y forma parte del periodismo siempre que se juegue limpio. Por eso creo que uno de los principales peligros que tienen las redes sociales es que son el escenario idóneo (por lo que ofrecen y por sus características) para entrar ahí y pescar lo primero que vemos. Por lo tanto, las redes también sirven para modelar a un perfecto desinformado.

-¿Existe sobreinformación en las redes?

-Toda la que queramos. Cómo te decía antes es un mar lleno de peces. A veces pescamos peces que no queremos, a veces queremos peces que no podemos pescar. Y sin embargo, ahí estamos, pescando a diario. ¿Por qué? Porque las redes son un canal infinito de información a través de millones y millones de flujos y canales. Es nuestra responsabilidad no sólo como periodistas, también como ciudadanos, saber filtrar toda la mierda que nos encontramos.

Y en ese proceso, los pedagogos, los periodistas o los expertos en redes tenemos mucho trabajo que hacer para interiorizar ese proceso, facilitar ese trabajo de filtrado e intentar que la desinformación no pueda campear tan fácilmente. Más allá de las fake news que encontramos a diario y de que en algunos casos se utilicen como argumento o noticia, es evidente que hay un exceso de información en las redes. Nos llega por todos los sitios: miles de noticias que no tienen nada que ver unas con otras, miles de matices de esa noticia que hemos visto, miles de interpretaciones según el titular de según qué medio… La actualidad y el día a día nos da suficientes argumentos como para creer que existe sobreinformación en las redes.

-¿Y cómo se podría combatir la desinformación? ¿Vale todo por un click?

-Vemos a diario que el clickbait se ha convertido en el principal motivo que mueve a muchos medios de comunicación en la publicación de sus noticias. Por lo tanto, está claro que, al menos para el periodismo actual, el click es un argumento para publicar esto o lo otro. Ahora bien, no todos los medios de comunicación hacen del clickbait su principal motivación. Hay medios que publican importantes exclusivas, grandes reportajes, buenas entrevistas e interesantes columnas. Y es es un mérito extraordinario del medio y de los periodistas que lo hacen así.

Es como si nos hubiéramos acostumbrado a convivir con las fake news y eso es muy peligroso porque, entre otras cosas, provoca crispación

Combatir eso es responsabilidad de los propios medios de comunicación y de los periodistas. De los mismos que depende combatir la desinformación. Es lo que te comentaba antes: el periodista no puede controlar toda la información que se mueve en Internet pero sí puede controlar lo que él publica. La desinformación ha existido siempre pero ahora la vemos y sufrimos mucho más porque hay más canales por los que puede entrar, de ahí que el periodista debe ser, ante todo, riguroso en las informaciones que publica porque es el último dique para evitar que esa desinformación llegue a los ciudadanos.

-¿Quién tiene la culpa de que se popularicen las fake news, los algoritmos de las Redes Sociales, los medios/periodistas o los propios usuarios?

-Entre todos hemos activado una máquina de fango que suelta su mierda a diario y que todos alimentamos a diario: los medios y periodistas que publican noticias que saben que son falsas. Da igual. Los medios y periodistas que queremos ser los primeros en publicar o contar una noticia sin estar seguros. Da igual. Cierta clase política que conoce el poder de las fake news y las lanza a través de sus canales para que el ciudadano se las zampe y las siga distribuyendo. Da igual. Por eso creo que hay que hacer mucha pedagogía para combatir las fake news. Son un mal cada vez más habitual de nuestra sociedad.

Es como si nos hubiéramos acostumbrado a convivir con ellas y eso es muy peligroso porque, entre otras cosas, provoca crispación. ¿Quién no se cabrea cuando escucha a alguien contar una noticia falsa como si fuera verdad? Y se queda tan tranquilo cuando suelta esa mentira o esa falacia. Eso daña la convivencia y la salud democrática. Por suerte, creo que cada vez trabajamos más y desde más frentes para intentar combatirlas. Desde las instituciones, pasando por el propio trabajo de muchos medios, hasta proyectos que luchan contra las fake news con datos, fuentes, contrastando… Y eso es importantísimo porque como sociedad debemos cuestionarnos de dónde procede esta información. No podemos permitirnos el lujo de tragarnos lo primero que vemos o que nos cuentan. Todo ello recalcando que el periodista tiene una función imprescindible en ese trabajo para que las fake news no lleguen al ciudadano.

-¿Qué crees que tendrían que hacer las empresas de Redes Sociales que no están haciendo en este sentido?

-Ser mucho más contundentes para evitar la propagación de información falsa, bulos o fake news. Las redes sociales son maravillosas en muchos sentidos y una de sus virtudes es que permiten la difusión de una cantidad ingente de información muy diferente la una de la otra. Podemos contrastar en decenas de fuentes. Pero esa capacidad de difusión a la vez las convierte en un instrumento peligroso si no se evita toda esa información falsa.

Cualquiera que tenga un dispositivo y una conexión a Internet puede leer lo que quiera, de dónde quiera y en el lugar que quiera. Eso estaría fenomenal si no existiesen las fake news. Pero como existen hay que intentar evitar desde todas las aristas posibles su difusión. Y ahí las empresas de redes sociales tienen una gran responsabilidad para evitar que sus tuberías por donde circula la información, sean tuberías llenas de porquería. Y lo mismo pasa con los discursos de odio, con el bullyng digital o el ciberacoso, por ponerte algún ejemplo: las redes sociales tienen que hacer todo lo posible para evitar que se difundan ese tipo de mensajes.

-¿Es la economía uno de los temas que más crispación genera en las redes sociales? ¿cuál es tu experiencia?

-Una de las cosas buenas de la información económica es que la gran mayoría de veces los datos dejan poco espacio para la interpretación. Si el PIB cae un 12,5%, cae un 12,5%, es un castañazo de la economía sin precedentes y nos va a costar mucho recuperarnos de un golpe así. Los datos son los datos. Luego hay interpretaciones sobre si estamos mejor o peor que otros países, si se podría haber hecho mejor durante ese trimestre para evitar una caída así o si las características de nuestra economía nos permitirán recuperarnos antes o después.

Hablando de interpretaciones e información económica, la clase política también sabe ajustar el titular en función del dato. Si el paro sube pero lo hace menos que en el mismo periodo del año anterior, ellos van a reforzar el mensaje de que «sí, sube el paro pero menos que entonces». La economía siempre demanda un mensaje de confianza que no siempre va asociado a la realidad. Lo vemos en cualquier crisis económica: enseguida queremos encontrar un buen dato al que aferrarnos, hablar de brotes de colores o decir que la recuperación ya ha empezado.

Las empresas de Redes Sociales deberían ser mucho más contundentes para evitar la propagación de información falsa, bulos o fake news

A veces es así y a veces no. Y eso también puede genera crispación porque donde uno ve que las cosas empiezan a estar mejor, otro no sabe de dónde viene tanta confianza porque sigue en paro, no ha cobrado su prestación o se ve abocado a cerrar su negocio. Al final cuando hablamos de economía, hablamos de cosas que afectan a nuestro bolsillo y por ahí no aceptamos muchas tonterías. Así que sí, la economía también genera crispación en redes sociales, aunque dime algo que no genere actualmente crispación. Estamos todo el día cabreados.

-¿De qué manera empleas tú las redes sociales? ¿Cómo te ayudan en tu trabajo?

Utilizo Twitter a diario. No te diría que a todas horas pero sí paso bastante tiempo a diario. Lo uso sobre todo a nivel laboral: me permiten estar informado y a la vez dar mi opinión sobre una cuestión, tuitear una información que me parece relevante o interactuar con otra persona. Como periodista no solo me permiten estar permanentemente informado sino que además me facilitan mi trabajo en esa búsqueda de temas para proponer, de información que contar, o simplemente estar actualizado con lo que ocurre… Además, son un canal inmejorable para mostrar tu trabajo.

-¿Qué otras redes sociales empleas?

Solo utilizo Twitter por lo que te decía antes. Estuve en Facebook hace años y salí pronto. No me aportaba demasiado. Algo parecido me ocurre con Instagram: nunca lo he utilizado porque no me interesa mucho. Creo que son herramientas maravillosas por la capacidad de difusión y el alcance que tienen y que son útiles para muchas facetas laborales y personales de nuestra vida. Luego depende del uso que cada uno le dé a cada una para estar más o menos en una u otra, exponerse más o menos…

-¿Te ves haciendo Stories, vídeos en directo o subiendo vídeos a TikTok?

Stories no he hecho nunca ninguno. Tampoco tendría problema alguno en hacerlo si la manera de comunicar fuese a través de stories, algo que por cierto no me extrañaría ver en poco tiempo. Algo parecido me ocurre con los vídeos en directo. Al final trabajar en televisión te hace estar expuesto al directo, que es exactamente lo mismo en cuanto a la forma de contar lo que quieres contar.

En cuanto a TikTok… la verdad es que no me he planteado nunca subir un vídeo a TikTok. En realidad he visto bastantes vídeos pero nunca me he preguntado cómo funcionará o qué repercusión tendría si yo lo usase. Creo que tengo una vergüenza insana que no me permitiría subir ciertos videos a TikTok como cantando o bailando. Eso que le ahorraría a quien tuviera que verlo.

-¿Se puede explicar la economía a golpe de tuit?

-Creo que la economía se puede explicar a base de tuit pero es difícil, como todo lo que requiriera a una explicación sosegada y se hiciera a base de tuits. Es difícil pero sería interesante intentarlo.

-¿Qué es lo más curioso que te ha ocurrido a través de las redes sociales?

-Debo ser algo aburrido en redes sociales porque no tengo grandes historias que contar a través de ellas. Durante el confinamiento entraba en directo desde casa y cada día cambiaba un vinilo del fondo de la habitación en la que estaba. Al día siguiente de colocar un vinilo de Kortatu, como hacía todos los días, lo cambié por otro y un perfil de Twitter me acusó de cambiar el vinilo por una supuesta falta de libertad de expresión tanto mía como de La Sexta, donde trabajo.

Tras decirle que estaba equivocado y explicarle que cambiaba a diario el vinilo, el propio Fermín Muguruza (cantante de Kortatu) tuvo que responderle en Twitter y decirle que no era así, que yo cambiaba el vinilo todos los días y que la falta de libertad de expresión solo estaba en la cabeza de esa persona. Por suerte, esto es una anécdota sin más importancia pero es un ejemplo del poco control que existe en redes sociales para evitar que el tarado de turno te acuse de lo que sea, te diga lo que quiera bajo un perfil falso o publique lo que quiera sin criterio alguno.

Manuel Moreno

Periodista y fundador de TreceBits. Consultor y formador en Social Media. Ponente y conferenciante. Profesor de redes sociales y periodismo 2.0. Colaborador en prensa, radio y TV. Autor de cuatro libros de Social Media. Más información en manuelmoreno.es

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