«Las redes sociales deben extender el periodismo, no reemplazarlo»

ENTREVISTA a David Plazas, Engagement Editor en The News-Press Media Group.
David Plazas es metódico, ordenado y tiene un especial don para adoptar las nuevas tendencias y herramientas en el ejercicio del periodismo. No en vano es el responsable de adiestrar al resto de periodistas de su medio, The News-Press Media Group, en Southwest Florida (Estados Unidos) en el uso de las redes sociales y las nuevas plataformas 2.0
Tuve la ocasión de conversar con él en varias ocasiones durante el desarrollo de la beca Kiplinger en Periodismo Digital, que tuvo lugar en Ohio (Estados Unidos) durante el pasado mes de abril. Y siempre me quedé con la sensación de que era un gran profesional con el que algún día tendré la oportunidad de colaborar más. De momento, el primer fruto de esa amistad que surgió, es esta entrevista:
David,¿ de qué manera crees que han enriquecido las redes sociales el ejercicio del periodismo?
La investigación nos dice que 50 porciento de los consumidores digitales recibe sus noticias de último momento («Breaking News») a través de las redes sociales. Es importante que estemos presentes en esos espacios para presentar las noticias reportadas con credibilidad. Las redes sociales han permitido que podamos amplificar nuestros mensajes, que podamos conectarnos con diversas audiencias y que podamos atraer a los consumidores de información hacia nuestras páginas web.
¿Pero lo han empobrecido también de alguna manera?
Existe mucho chisme en las redes sociales. Sabemos que los consumidores de tales redes tienden a creer a sus amigos y contactos. Eso puedo ser peligroso si la información es chisme, mentira o desinformación. Lamentablemente hemos visto muchos ejemplos de noticias falsas que han salido por Twitter u otro medio. Es muy difícil corregir esos errores, porque muchas veces se repiten, por ejemplo, por el «retweet.»
¿Hacia dónde nos dirigimos? Cómo ves el futuro de la profesión periodística en los próximos años?
Estoy de acuerdo con el Señor Kiplinger que nos dijo que los periodistas tienen un futuro si se enfocan en el negocio de la verificación y la precisión. Hay mucha bulla en el ámbito digital, y podemos re-inventar el espacio para ofrecer opciones a los consumidores a través de la credibilidad. Por ejemplo, en el caso de un desastre, la gente va a creer el medio que tiene la información correcta y que puede desmentir a los chismes.
Acerca de la monetización de los medios en Internet… ¿qué vías hay?
Monetizar los medios de Internet no es fácil, pero parece que por ahora la estregia es cobrar a la gente por una suscripción a la información, así limitando el acceso completo a los no suscriptores. Ver por ejemplo al Wall Street Journal, New York Times y USA Today – y pronto el Washington Post.
Durante la última década, creo que los medios se equivocaron en no cobrar nada porque la gente se acostumbró a no pagar nada y de tal manera no reconocer el valor del periodismo que se practicaba.
¿Debería el usuario tener que pagar por la información en cualquier caso?
El periodismo requiere una inversión de personal, talento, tiempo y dinero. Si la gente cree que existe un valor, tal vez sea más dispuesto a pagar por tal información. Yo sí creo que vale la pena pagar por el buen periodismo.
¿Cómo utilizas tú las redes sociales? Con qué objetivos?
Yo utilizo las redes sociales para conectarme con distintas audiencias, sean mis propios parientes como personas involucradas en el mundo político de la comunidad. Creo que es importante como periodista hoy en día de ser auténtico, abierto e interesado en las vidas tanto de sus fuentes como sus parientes. Tal vez siempre fue así, pero ahora lo hacemos bajo la lupa del mundo.
¿Qué harías y qué no harías nunca en ellas?
Creo que es importante compartir ideas, fotos, pensamientos y distintas perspectivas. Creo que es importante no utilizar las redes a propósito de ofender, dividir o confundir a la gente. A veces no se puede controlar quien se ofenda, pero por lo menos uno debe ser consistente. A la vez, un periodista debe intentar ser justo y abierto. Yo creo que está bien involucrarse en las conversaciones a través de sus «posts» y uno sí debe responder a los mensajes y las preguntas.
Impartes cursos para adentrar a los periodistas en el nuevo uso de las herramientas 2.0, ¿cuál crees que es el principal obstáculo para los informadores?
Sí, estoy encargado del adiestramiento del personal de mi medio, The News-Press de Gannett. A veces soy yo que doy las clases, y a veces es un experto de afuera. Desde que volví de la Ohio State University, he empezado a dar clases a los periodistas y la compañía total. Di una clase sobre entender el trabajo que hacemos en nuestra página web news-press.com. Del programa Kiplinger, he organizado tres clases – 1) cómo utilizar las hojas de cálculo («spreadsheets») en el periodismo, 2) cómo utilizar las redes sociales para mejorar las técnicas del reportaje y 3) cómo proteger su reputación en el mundo de las redes sociales.
Muchos periodistas temen compartir demasiado de sus vidas personales con la comunidad. Nunca hemos tenido que ser tan abiertos, pero hoy en día cualquiera puede buscar detalles sobre uno. La transparencia es lo mejor, aún cuando el pasado de uno es incómodo. A la vez si uno tiene un secreto, no lo debe compartir a través de Facebook, por ejemplo.
¿Cuáles son sus principales miedos, reticencias?
El miedo principal que tengo es que los periodistas dependan demasiado de las redes sociales y se olviden de las técnicas tradicionales, como leer un reporte en completo, tocar las puertas en una vecindad y hacer llamadas por teléfono a las fuentes. Las redes sociales deben extender nuestro periodismo no reemplazarlo.
En vuestro medio… ¿qué directivas se le da a los periodistas a la hora de utilizar las redes sociales? ¿Existe alguna limitación, consejos?
Se pide que se reporte las noticias, que conecte con la comunidad y que tome la oportunidad de experimentar con los medios. Las limitaciones son cualquier cosa que violaría nuestro código de ética del periodismo y el sentido común. Tenemos que ser profesionales. Por ejemplo, está bien reportar que un alcalde insultó a un concejal. No está bien que un periodista insulte a tal alcalde o concejal.
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