Las tres razones psicológicas por las que nos enganchamos a las redes sociales
Nadie duda de que las plataformas de éxito como Instagram, Facebook o Twitter, se han configurado de una manera concreta para ser tan adictivas. Los logos, colores, las notificaciones e incluso la forma en la que cogemos el móvil con las manos invitan a pasar tiempo en las redes sociales. Muchos usuarios, sin embargo, se enfrentan a la cara menos amable de la hiperconexión: depresiones, lesiones y falta de sueño.
Los colores, los logos o que la forma de agradecer siempre sea un corazón en las redes sociales: todo tiene una explicación y busca atraer al usuario
El debate sobre si las compañías deberían fomentar un uso saludable de las redes sociales está más activo que nunca. Desde el punto de vista de estas grandes empresas, los usuarios deben pasar mucho tiempo al día navegando por las redes sociales, pero sin caer en excesos.
Por lo que respecta a los propios usuarios, conocer de qué modo las plataformas intentan seducirles puede ser una herramienta útil para estar alerta y saber cuándo el entretenimiento se convierte en obsesión.
1- Los foros activan los centros de recompensa del cerebro. Twitter, Facebook o Instagram se basan en muros donde otros escriben o publican fotos que nos interpelan directamente a nosotros.
Esto fomenta nuestro interés y nos hace querer más. El sentimiento de placer o satisfacción generado por la «recompensa» de haber entrado en estas plataformas tiene relación con la dopamina que segrega el cerebro mientras usamos las redes.
La dopamina es el neurotransmisor encargado de las emociones: por algo se la denomina también como la hormona de la felicidad. Aunque no es exactamente así, su presencia al navegarpor Twitter crea una relación de adicción que, en ocasiones, puede ser más fuerte que el tabaco o el alcohol, según los científicos.
2- El FOMO, siempre presente. El denominado ‘Fear Of Missing Out’, o «miedo a perderse algo» genera en nuestro cerebro el impulso de conocer hasta el último detalle de la vida de los demás.
Las redes sociales se prestan a un continuo escrutinio y valoración de las actitudes del resto, lo que inconscientemente lleva a una comparación con nuestra propia vida. Un 56% de hombres reconoce sentirse preocupado por si se pierden algo al desaparecer de las redes.
Según un estudio de la Universidad de Salford, un 50% de los 298 usuarios encuestados reconocieron que usar redes como Twitter o Facebook hacía empeorar su calidad de vida.
3- Devolver el feedback. Cuando entramos en redes sociales, sentimos la necesidad de devolver, al menos en parte, la atención que los demás usuarios nos brindan publicando cosas para nuestro entretenimiento.
Además de que la interacción puede ser mínima, como un simple «me gusta», las redes sociales lo ponen muy fácil. El corazón es el mismo icono para enviar un mensaje a otro usuario en Twitter, Facebook e Instagram. ¿Casualidad?