¿Por qué los gatos y los escritores se llevan tan bien?
Será por su carácter solitario, porque es capaz de dar compañía sin molestar ni pedir demasiada atención a cambio, por su forma de ser individualista o por su gusto por la independencia… quizá por todo eso junto, pero lo cierto es que no hay animal tan afín a un escritor como el gato.
Snowball, el gato de Ernest Hemingway, aparece comiendo sobre la mesa de su amo en la foto superior
No es fácil establecer un vínculo fuerte con un felino. La relación se debe basar sobre todo en el respeto, en dejar al animal expresarse libremente y que sea él el que, en base a la confianza, vaya construyendo la relación con su amo.
Sin embargo, una vez que se logra llegar a ellos la relación es especial y la compenetración, inigualable. Quizá por eso se llevan tan bien con seres tan especiales a menudo como los escritores, que pasan muchas horas encerrados frente a un folio en blanco, generalmente independientes y a menudo solitarios.
Son muchos los escritores conocidos que han convivido con gatos y que incluso los han hecho populares en sus apariciones en medios de comunicación. En la era de las redes sociales, donde son los animales que más interacciones generan, es más fácil ver cómo algunos escritores incluso comparten imágenes con sus felinos en plataformas como Facebook o Instagram.
Hay incluso libros que relatan la fascinación de los escritores por sus animales, como «Los escritores y sus animales. Perros, gatos y lemures«, de varios autores, o el libro «Chatran y su mundo astral» donde se dedica un capítulo dedicado a Beppo, el gato de Jorge Luis Borges.
Hoy domingo, repasamos algunos de los más conocidos autores que convivieron con un felino (dando fe de que no hay mejor compañía cuando uno se enfrenta a la escritura de textos habitualmente):