Los jóvenes que tienen a sus padres en redes sociales son más felices
Oh no, mi madre me ha añadido en Facebook… Seguro que más de un joven ha dicho esa frase alguna vez. Hay estudios que demuestran que son muchos los adultos que intentan controlar y monitorizar la actividad de sus hijos en las redes sociales, pero uno nuevo realizado por la BYU School of Family Life, señala que hacer esto mejora, considerablemente, la relación entre padres e hijos.
El estudio, que ha sido publicado en la revista científica Cyberpshycology, está fundamentado en las respuestas que han dado 500 familias entrevistadas. Entre los participantes, el 100% de los jóvenes dijeron usar las redes sociales de alguna forma, mientras que sólo el 50% de los padres lo hacía habitualmente.
Los hijos valoran que sus padres les apoyen con un «me gusta» en redes sociales
El informe demuestra que hay dos tipos de padres: unos que abrazan la tecnología y otros que le tienen miedo, que prefieren cerrar los ojos y no saber lo que pasa con sus hijos en las redes sociales, señalan las investigadoras que han llevado a cabo el estudio.
Entre aquellos padres e hijos que se tienen agregados en las redes sociales, y que tienen una relación regular pero no intrusiva en Facebook, la relación en la vida diaria también mejora, señalan los investigadores.
Las redes sociales ofrecen a los padres una ventana a la vida de sus hijos, pudiendo saber quiénes son sus amigos o qué les resulta interesante. Esto les permite apoyarles en sus tareas, mostrarles su compromiso o incluso su preocupación por sus temas a través de un “me gusta” o un comentario en sus posts.
“Las redes sociales no deben reemplazar el contacto cara a cara, pero son un complement y establecen lazos de relación más fuertes entre padres e hijos”, señala el estudio.
Sin embargo, si los padres son críticos con los actos de los hijos en las redes sociales, o les recriminan o avergüenzan públicamente con sus comentarios o las fotos que suben, el efecto es completamente contrario.
El estudio también señala que usar mucho las redes sociales también puede ser problemático. Algunos jóvenes que pasan más de siete horas al día conectados resultan ser más agresivos o desarrollan más posibilidades de tener más depresión.
Por otra parte, quienes usan las redes sociales de forma moderada e interactúan con sus padres de forma constructiva en Facebook, Twitter, etcétera, experimentan un mejor estado de ánimo, son menos agresivos y tienen menos tendencia a deprimirse. Además, son más propensos a actuar generosamente o de forma amable con otras personas.