¿Merecerá la pena pasar del iPhone 12 y comprar el próximo «iPhone 13»?

Como cada año desde hace ya unos cuantos la llegada del otoño supone la presentación de un nuevo iPhone, y ante la perspectiva de los avances que incluirá el recién llegado que se desvelará a partir de septiembre quienes poseen el anterior terminal se abre la disyuntiva de si merece la pena el cambio al nuevo smartphone de Apple o se puede «aguantar» con las características de la generación actualmente a la venta (o incluso con alguna anterior).
Alguno rumores apuntan a que el smartphone que Apple presentará este otoño recibiría el nombre de iPhone 13, a pesar de que «tocaría» bautizarlo como iPhone 12S
En este caso, y dado que aún no se conoce la denominación oficial que tendrá el terminal, se identificará como iPhone 13 al sucesor del actual iPhone 12. Siguiendo la nomenclatura más habitual en Apple este año «tocaría» que el terminal base se denominase iPhone 12S, con las posibles variantes iPhone 12S Pro, iPhone 12S Pro Max, iPhone 12s Plus, iPhone 12S mini… sin descartar la llegada (quizá en primavera) de un iPhone SE3. No obstante algunos rumores han señalado que en Cupertino podrían decidirse por dar un salto nominal y que en 2021 su nuevo smartphone se denominase iPhone 13. Y es que en Cupertino ya demostraron no ser supersticiosos cuando presentaron el iPhone 12 un martes y 13.
Ante la duda, y por seguir una cierta lógica (no en vano el 13 va después del 12) será ésta la denominación que se empleará para referirse a él a continuación.
La experiencia permite aventurar que el iPhone 13 evolucionará algunas de las prestaciones del iPhone 12, además de incluir otras nuevas, desde mejoras en la cámara o procesador más potente a características de hardware que se incorporarán por primera vez. A pesar de ello habrá muchos usuarios que no «necesiten» estas nuevas prestaciones y que tengan más que suficiente con dispositivos de generaciones anteriores. Y el caso más peliagudo puede ser el de los propietarios de un iPhone 12, que pueden percibir una escasa mejora que justifique el cambio al nuevo terminal, aunque quien disponga de un iPhone de generaciones anteriores a la actual podría encontrar más razones para la actualización.
-Procesador: Quien use un iPhone X (o anterior) ya disfrutará de un salto cuantitativo al pasar a un iPhone 12 gracias al procesador A14 Bionic, además de la pantalla OLED, por lo que subir un escalón más al procesador aún más potente que sin duda llevará el iPhone 13 puede afirmarse que merecerá mucho la pena, mientras que los poseedores de un iPhone 12, salvo casos muy puntuales de un uso muy exigente del terminal, será menos probable que obtengan un beneficio tan elevado con el cambio.
-5G: El iPhone 12 ya dispone de capacidades de conectividad a través de esta banda de alta capacidad, por lo que en caso de necesitar ese incremento en la velocidad de conexión a Internet los cambios serán mínimos en el iPhone 13. Este argumento sólo debería tenerse en cuenta para quienes tengan modelos anteriores al iPhone 12 y además valoren especialmente la inclusión del 5G.
-Terminal deteriorado: Aunque aún no haya cumplido un año desde que llegó al mercado, algunos usuarios presentan un estado de revista en sus terminales que acumula golpes, arañazos y suciedad que, incluso por mínimos que puedan ser en ocasiones (ese típico arañazo minúsculo que nadie sería capaz de distinguir pero que salta a la vista siempre que el propietario mira de reojo al móvil) un factor determinante para sustituir el terminal, y la ocasión es especialmente idónea cuando aparece una nueva generación del dispositivo. En el deterioro del terminal puede incluirse la caída de rendimiento de la batería, propiciada habitualmente por un uso intensivo del dispositivo, con frecuentes ciclos de carga. Si bien es cierto que esto puede llegar a mermar bastante la usabilidad de un móvil tampoco hay que olvidar que si este es el único (o el más grave) problema, las baterías pueden sustituirse por otras nuevas.
-Pantalla a 120 Hz: La tasa de refresco de la pantalla del iPhone, según indican los rumores más fiables, experimentará un importante avance duplicando los 60 Hz actuales del iPhone 12. Esto permitirá mostrar unos movimientos más fluidos y una mayor nitidez en la navegación web y en el manejo de distintas apps, además de añadir una mejora en el uso de la cámara derivada de la evolución en la forma en que la pantalla muestra lo que capta la lente, por lo que los más exigentes en este apartado sí que tienen una baza a favor del iPhone 13, inalcanzable para el modelo actual.
-Longevidad de iOS = longevidad del iPhone: Poseer el último modelo de iPhone que Apple saca al mercado supone alargar la vida del terminal por la sencilla razón de que se prolonga el plazo durante el que el móvil podrá seguir actualizándose con la última versión del sistema operativo. Por ejemplo, la actual versión de iOS (la 14) es compatible con el iPhone 6S, un dispositivo que llegó al mercado en otoño de 2015 y que, por tanto, seis años después de comenzar a venderse aún puede actualizarse a la última versión disponible del sistema operativo. Esto permite que el terminal pueda seguir al día con actualizaciones de seguridad y pudiendo instalar nuevas apps que ni existían cuando el móvil se presentó.
-Precio: Para muchos es un factor muy a tener en cuenta, a veces el realmente determinante. Dejando a un lado posibles ofertas de operadores, quien tenga un iPhone 12 y esté planeando venderlo para sufragar parte del coste del iPhone 13 tiene que valorar la depreciación que sufrirá la cotización de su móvil en el momento en el que Apple ponga a la venta el nuevo.