Nuria Coronado: «OnlyFans es pura mercantilización y cosificación del cuerpo de las mujeres»

Entrevista Nuria Coronado

ENTREVISTA a Nuria Coronado Sopeña, responsable de Comunicación en ENISA, periodista feminista y autora de «Hombres por la Igualdad», «Mujeres de frente» y «Comunicar en igualdad». Coronado es, además, colaboradora en medios de comunicación, formadora y conferenciante, muy activa en redes sociales como Twitter, en cuya mensajería directa precisamente surgió la idea de realizar esta entrevista.

Nuria, compañera de profesión a quien conozco personalmente desde hace muchos años, nos hizo llegar una crítica sobre un artículo en el que presentábamos OnlyFans que nos hizo plantearnos que había más puntos de vista más allá del hecho de que debíamos informar de uno de los últimos ‘booms’ en Internet en los últimos meses. La conversación fue tan interesante que originó lo que es esta entrevista que ahora puedes leer. En ella no hablamos solo de OnlyFans, sino también otras redes sociales, de Internet, de periodismo, de feminismo y de muchas otras cosas más.  

-Nuria, ¿de qué manera ha cambiado Internet y las redes sociales el ejercicio del periodismo?

Sin duda alguna han marcado un antes y un después. Las diferentes plataformas han posibilitado que el fin máximo del ejercicio periodístico, que es contar lo que determinados poderes e intereses no quieren que se cuente y mostrar lo que ocurre en general, se cumpla con creces por la facilidad de llegar a todo tipo de audiencias de forma inmediata. Se ha pasado de tener que esperar a una edición determinada a informar en tiempo real. Esto es apasionante para quienes amamos la profesión, pero al mismo tiempo ha provocado una cantidad de fakenews e infoxicación como no se había vivido nunca.

Además, el mundo online ha transformado al propio sector que no supo ni quiso readaptarse a lo que venía y pensó que podría sobrevivir al tsunami como siempre hizo, a golpe de publicidad. El resultado ha sido el cierre de muchos medios, la expulsión de miles de profesionales de gran cualificación del mercado laboral y la precarización en general del oficio más bonito y necesario del mundo. Sin periodismo no hay democracia.

– ¿Cómo no deberían haberlo cambiado nunca?

No deberían haber roto con la norma básica de informar con calidad. Y la calidad exige tiempo e inversión económica. Acudir a fuentes, documentarse o investigar necesita de unos plazos que ahora la instantaneidad y la inmediatez no permiten. A esto hay que sumar que, salvo unas cuantas excepciones a quienes se les paga bien, quienes nos dedicamos a esto lo hacemos porque amamos la profesión y la llevamos en vena, no por lo que ganamos y mucho menos si somos freelances.

La gente cree que el Periodismo es un chollo cuando es todo lo contrario. Te pongo un ejemplo. Ahora que con la covid hablamos de la necesidad de invertir en Ciencia porque es la que ha demostrado que nos ha salvado de la pandemia, pagar colaboraciones entre 30 y 60 euros por información científica es cuanto menos denigrante. No es que no se pueda vivir dignamente como periodista, es que ni siquiera en la mayoría de las ocasiones da para pagar la cuota de autónoma. Mal pagar e incluso la “moda” de no pagar con la excusa de dar visibilidad a un trabajo no solo empobrece a la profesión sino a la sociedad que ignorando la manipulación en la que vive es menos libre.

Las redes sociales han posibilitado que el mensaje del feminismo corra como la pólvora

– ¿Ha supuesto Internet, la tecnología, un avance o un retroceso en la lucha por defender la igualdad?

Internet es el reflejo de lo que sucede en la vida off line. Las redes sociales han posibilitado que el mensaje del feminismo corra como la pólvora y conecte a millones de mujeres y jóvenes, y también cada vez más hombres, de todo el mundo con la justicia y la sororidad. Hasta no hace tanto tiempo millones de compañeras se sentían muy solas en su defensa por la emancipación de la mitad de la población. Y esto ha cambiado rotundamente. Las redes nos han conectado. De hecho, vivimos en lo que se llama la cuarta ola del feminismo por este tsunami digital.

Basta ver fenómenos como el #MeToo en 2017 que con un hashtag no solo dieron voz a las agresiones sexuales de Harvey Weinstein sino a la de millones de mujeres que contaron su experiencia en todo el mundo, del #Cuéntalo que en España generó más de 2,75 millones de interacciones, y donde 790.000 usuarias contamos la violencia sexual vivida. También el #MeTooInceste en Francia que en un solo fin de semana ha destapado recientemente los abusos sexuales a menores y el incesto de más de 80.000 personas. Las redes son la voz de un silencio que duele y que hay que visibilizar y poner el volumen hasta lo más alto.

– ¿Qué papel juegan las redes sociales a la hora de tratar problemas como la violencia de género?

Son una herramienta de visibilización de una realidad que debería preocuparnos a toda la sociedad y no solo a las feministas. Según la la Macroencuesta de Violencia Contra la Mujer realizada en 2019 una de cada dos mujeres (11.688.411) han sufrido algún tipo de violencia de género o sexual a lo largo de su vida, una de cada cinco, es decir 4.048.273, dicha violencia ha sido en los últimos 12 meses. También hay 8.240.537 mujeres que han sufrido acoso sexual y 2.802.914 violencia sexual fuera de la pareja.

En lo negativo las redes sirven de altavoz a quienes la niegan e incluso son capaces de silenciar, e instigar con odio cualquier intento de hacer pedagogía de los derechos humanos que se nos niegan a quienes no somos un colectivo sino el 52% de la población mundial.

– ¿Cuál es el rol que deberían tener los medios de comunicación?

Los medios de comunicación deben cumplir con la función social para la que han nacido. Deben de informar para formar a una sociedad avanzada y justa. Para ello han de contar con algo que desgraciadamente apenas existe y sin lo cual este fin no se logra. Y es tener perspectiva de género. Día sí y día también encontramos informaciones en todo tipo de medios (on line y off line, radio, prensa, tv…) que lo que hacen es caer en estereotipos constantes y los replican sin parar. Esto en lugar de ayudar a visibilizar y transformar un problema en una solución, ahonda la desigualdad.

Cuando los medios acuden a las fuentes de información solo consultan a mujeres en un 9% de las ocasiones. Cuando recurren a nosotras como expertas lo hacen en temas menores que tienen que ver con la educación machista que recibimos como sociedad. Somos top hablando de educación, cuidados, hogar… sin embargo ni estamos ni se nos espera para hablar de política, economía, ciencia, deportes…eso es cosa de hombres.

Cuando además somos protagonistas de la actualidad lo somos por ser “víctimas”. Es decir, excepto en las noticias relacionadas con crimen y violencia, donde representamos el 51% del total de las informaciones no aparecemos en la agenda mediática. Representamos el 28% de los sujetos y fuentes de las noticias de la prensa escrita y los informativos de televisión y radio, y el 33% en los diarios digitales. Por no hablar de cómo en las televisiones el canon de la belleza y el vestuario manda sobre nosotras, no así sobre los hombres. Las periodistas que hay -sin desmerecer por supuesto su profesionalidad- son de look joven y belleza perfecta y sin embargo da igual que los presentadores sean calvos, con sobre peso y no precisamente atractivos dirigiendo o presentados informativos.

– ¿Por qué se sigue “blanqueando” las informaciones? Son habituales expresiones como “mujer fallece a manos de su marido…” en lugar de “mujer asesinada”

Por esa falta de perspectiva feminista que comentaba. Si ahora mismo buscásemos en Internet nos toparíamos con cientos de ejemplos. Y no solo en España. Esto como el machismo que lo provoca ocurre en cualquier parte del mundo. Las mujeres tenemos una extraña manía y es la de aparecer muertas, violadas… Cada titular, cada pie de foto, cada imagen que en lugar de hablar de la realidad de la violencia y el victimario que lo causa usa el relato contrario contribuye a reforzar los estereotipos de género y por tanto no informa. El que la violencia machista sea tratada como un suceso, en lugar de un delito, el que se acuda a entrevistar al vecindario que no aporta nada, el que en lugar de hablar de mujeres explotadas sexualmente con la covid se las victimice y culpabilice de contagios …Hay que cambiar el estigma de bando y apuntar al origen y no a la consecuencia y a quien la padece ¿De eso va informar no?

 


– ¿Hay un problema de falta de educación no solo entre la sociedad en general, sino también entre gran parte del periodismo?

Si viniéramos desde el salón de casa con la lección aprendida de la igualdad no pasaría esto. Sin embargo, sin coeducación en la escuela, los institutos solo recibimos desigualdad y eso se refleja en el Cuarto Poder. No solo no es que no haya perspectiva feminista en los medios de comunicación, que, en el caso de España, solo en un 15% están dirigidos por mujeres. ¿Cuántas facultades de Periodismo o comunicación tienen asignaturas tan básicas como redacción con perspectiva de género?

-A veces pensamos que esto solo afecta a la información de sucesos, pero también en la información deportiva, o incluso en la tecnológica, sin que los periodistas reparemos en ello [motivo por el que surge una más de nuestras conversaciones y que desemboca en esta entrevista] ¿Consideras que está el periodismo tecnológico blanqueando la realidad de plataformas, por ejemplo, como Onlyfans?

Desgraciadamente así es. Leyendo el propio reportaje que en su día publicásteis la respuesta ya ves que es afirmativa. En él hablábais de cómo funciona la plataforma y del “éxito” que tiene, pero no se habla de las consecuencias y de quién está detrás de ello. Esta web como tantas otras es pura mercantilización y cosificación del cuerpo de las mujeres. Es el neoliberalismo en estado puro vendiendo como empoderante desnudarse y ganar dinero fácil. El cuerpo de las mujeres queda a un clik del deseo masculino y nos parece un éxito. Todo ello por supuesto se maquilla con aquello de la libre elección. La falsa libertad que encadena a la desigualdad y que por detrás está vinculado a los intereses de la industria de la explotación sexual y la prostitución.

Los medios se llenan de reportajes sobre los “Sugar Daddy» como lo más cool, hablan de dar braguetazos o de ser modelo webcam como una manera de “reinventarse” por la crisis. Nada más lejos de la realidad. Es pura explotación sexual. Mientras no seamos conscientes que haciendo estas informaciones somos cómplices de los que se publicita el camino hacia la igualdad seguirá siendo una quimera lejana.

-El debate es interesante. ¿Cómo informar sobre un hecho noticioso -como el crecimiento de uso y demanda de una plataforma online como Pornhub- a pesar de que haya contenidos que puedan ser considerados violentos o relacionados con la prostitución? Según tu opinión, ¿debería silenciarse -o desenmascararse- a estas plataformas?

Así es. Otro triste ejemplo es el de pornohub, te invito a que veas el vídeo que enlazo. En plena pandemia esta página ha sido promocionada y blanqueada por los medios contando a bombo y platillo que daba acceso gratuito a los contenidos “premiun” para que se hiciera “más llevadera la covid” y para “tener compañía” en el confinamiento.

La web que pertenece al Grupo MindGeek/ Pornhub ha logrado venderse como la gran samaritana y que su comunicado de prensa fuese un corta y pega replicado en todo el mundo. ¿Cuánta gente de los 42 millones de visitas que tiene al año sabe que esta web es el epicentro de la pederastia del mundo o que la ONG estadounidense Exodus Cry la ha acusado de exhibir violaciones y torturas de niños y mujeres? ¿Cuántas personas conocen el trabajo ingente de TraffinckingHub denunciando que los vídeos más vistos son de violaciones a bebes o menores o que la plataforma ha tenido que eliminar la mitad de sus videos, es decir 10 millones de contenidos, porque estaban llenos de abusos sexuales a menores o que hay una demanda millonaria hecha por 40 víctimas de explotación sexual?

La consecuencia de naturalizar la pornografía y la violencia sexual no es ninguna broma. El último estudio «Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales» de la Red Jóvenes e Inclusión Social y la Universitat de Illes Baleares con casi 2.500 encuestas a jóvenes de entre 16 y 29 años lo deja claro. La edad a la que se empieza a ver porno es a partir de los 8 años. Y lo hacen tanto las niñas como los niños de la manera más inocente mientras ven un vídeo de dibujos en youtube les salta un banner o pinchan sin saber a una web de pornografía. Y de ahí a los 12 años ya lo ven de forma habitual.

La autocensura sería fallarme a mí misma. Al enemigo, ni casito.

Dado que en pleno siglo XXI las familias siguen ruborizándose y no hablando con naturalidad de algo tan natural como el sexo con sus hijas e hijos sucede que 3 de cada 10 menores reconocen que la pornografía es su principal fuente de información. Estamos creando una generación que confunde sexo con violencia y con una visión de la sexualidad mediatizada por la pornografía. La Manada es solo un ejemplo de esta naturalización, cosificacion y violencia contra nosotras. Desde 2016 se han registrado en España 211 agresiones sexuales múltiples.

Las consecuencias de la naturalización de esta violencia nos están explotando en la cara también por los daños físicos producidos por la masturbación compulsiva o el aumento de las infecciones incluso de daños físicos debido a masturbaciones de riesgo (con botellas, objetos, cremas irritantes etc.). Hay chicos que tienen problemas de disfunciones eréctiles porque no son capaces de tener relaciones sexuales sino es con violencia. Están enganchados a la pornografía cada vez más brutal.

Mi compañera y educadora social Marina Marroquí que ha dado charlas en institutos a más de 80000 chicos y chicas de toda España cuanta como se encuentra que desde los ocho o diez años estos niños han tenido sus primeras erecciones, incluso antes del despertar de la sexualidad, viendo violaciones retrasmitidas, han construido ese deseo en base a la violencia y cuando se tienen que enfrentar a caricias, miradas, sonrisas o dulzura no saben cómo desenvolverse en el sexo, o incluso son incapaces de tener una erección, causando mucha frustración en él, y relaciones cargadas de violencia en muchas ocasiones consentidas o disfrazadas de fantasías. En las chicas los efectos de esa dominación masculina acaban en prácticas como el sexo anal que en realidad no desean. El deseo sexual no es bidireccional.

– ¿De qué manera usas como periodista las redes sociales? ¿Cuáles son las que más te aportan en el desarrollo de tu trabajo y qué beneficios te proporcionan?

Las uso como fuente de comunicación para visibilizar las entrevistas y reportajes que llevo a cabo así como el trabajo de sensibilización y formación que imparto pero también me sirven como fuente de información sobre las que seguir bebiendo para nutrirme y buscar nuevas ideas sobre las que informar. Además, son un canal en el que poder mostrar quien soy y por lo que lucho. En mi caso una periodista feminista y escritora. Twitter e Instagram son mis favoritas y donde mas comparto y miro información.

– ¿Has tenido alguna experiencia negativa por defender los derechos de la mujer y la igualdad en las redes sociales?

Atesoro muchas, no porque las busque sino porque por desgracia vivimos en un mundo machista e identificarse en las redes y en la vida misma como feminista es un plus para ser atacada. De hecho, la Unesco señala que el 73 % de las periodistas recibimos violencia on line así como el estudio del Instituto Internacional de la Prensa y la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), del que formé parte y en el que se explica el ninguneo, los insultos machistas, las amenazas de agresión sexual o los mensajes de intimidación a una o a nuestros familiares como los ataques más habituales.

Te pongo solo un ejemplo. Hablar sobre un hecho que se constató al principio de la covid, y que era el fenómeno nunca visto hasta entonces de los hombres haciendo la compra, significó que varios usuarios deseasen que fuese violada. Otros me insultan por el aspecto físico… Reconozco que no es algo agradable, y más teniendo en cuenta que yo doy mi nombre y mi cara, pero la autocensura sería fallarme a mí misma. Y si me fallo a mi ¿qué ejemplo puedo dar a otras mujeres de alzar la voz?

– ¿De qué manera se puede combatir a los haters y los trolls?

En gerundio. Bloqueando, silenciando y no respondiendo a quien no quiere aprender sino solo atacar. La indiferencia quita estrés y te dirige al objetivo de no perder el tiempo cuando el poco que tienes lo necesitas para hacer de este mundo un lugar lleno de libertad. Al enemigo “cero casito”.

Manuel Moreno

Periodista y director de TreceBits. Experto en Redes Sociales, Internet y Tecnología. Formador y conferenciante. Colaborador en prensa, radio y TV. Autor de #LibroFollowers y otros cuatro libros de Social Media. Más información en manuelmoreno.es

Un comentario sobre “Nuria Coronado: «OnlyFans es pura mercantilización y cosificación del cuerpo de las mujeres»

  • el 02/02/2021 a las 13:29
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    No. OnlyFans no es culpable de que las mujeres se prostituyan virtualmente, eso es responsabilidad de cada mujer. Esa aplicación no le pone una pistola a ninguna mujer en la cien. Vamos a organizar los pensamientos y a aterrizar las cosas: Muchas mujeres han visto una manera de monetizar a través de sus cuerpos y tomaron la decisión de ganar dinero con ello.

    Así que no culpemos a la aplicación. Que en OnlyFans se puede brindar consultas y asesorías de negocios, como constituir empresas y demás. No solo se cosifica el cuerpo de la mujer.

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