Petro, la criptomoneda venezolana, es puro humo

La aldea de Atapirire está asentada sobre 5.000 millones de barriles de petróleo. El enorme valor del oro negro no es lo único que oculta esta aldea. Sus gigantescas reservas de crudo son lo que, según el gobierno de Venezuela, respaldará la primera criptomoneda del mundo respaldada por un país, el Petro.
Petro, la criptomoneda venezolana, no se puede encontrar en ningún sitio, y desde el gobierno venezolano, nadie aclara nada sobre su existencia
O al menos esa es la historia oficial. La realidad es que Petro no ha aparecido en ninguna casa de compra y venta de criptomonedas, ninguna páginas web los acepta, y el teléfono y sitio web del órgano que lleva la implantación de Petro no funcionan. La Superintendencia de Criptoativos, el departamento que regula el proyecto, ni siquiera tiene presencia física.
La moneda fue supuestamente implantada en febrero como parte de un plan para revitalizar la maltrecha economía venezolana, y según Nicolás Maduro, ya habría recaudado más de 3.000 millones de dólares. La realidad es que no hay ni rastro de Petro en la red, y los pocos compradores que se han localizado por investigadores de la agencia Reuters en foros online dicen haber sido estafados.
Además, Atapirire, el centro neurálgico de la criptomoneda venezolana no es, ni mucho menos, un Silicon Valley. Al contrario, se trata de una aldea empobrecida de sobremanera, con una infraestructura petrolera de baja calidad. No parece que se estén extrayendo esos 5.000 millones de barriles para respaldar la criptomoneda.
Por otra parte, las declaraciones de Maduro sobre los más de 3.000 millones recaudados por Petro chocan frontalmente con otras declaraciones de Hugbel Roa, miembro del supuesto proyecto, que afirma que la criptodivisa aún está en desarrollo, por lo que es imposible que se hayan producido compras o ventas con ella.
Es posible que Petro exista como proyecto, pero sus expectativas son irreales y es dudoso que algún día llegue a figurar en las listas de ventas de criptos.