¿Por qué no funciona el plan de la UE contra la injerencia rusa?

La intervención rusa en los procesos electorales ya se ha vuelto una de las principales luchas de las instituciones gubernamentales en Internet. Sin embargo, en el caso de la Unión Europea, los continuos esfuerzos por frenar la influencia rusa parecen no dar frutos.
El Sistema de Alertas Rápidas de la UE aún no ha emitido ninguna alerta de intervención extranjera desde que inició su programa a inicios de 2019
El problema se debe a que el Sistema de Alerta Rápida de la UE, es decir, la plataforma para analizar la injerencia de actores externos en la política europea, no está funcionando de forma eficiente.
La plataforma no está cumpliendo su objetivo de emitir alertas sobre las publicaciones que sugieran intervención o manipulación rusa, y, en muchos casos, tampoco parece recolectar suficientes datos.
A pesar de que algunos oficiales gubernamentales han declarado el éxito de este proyecto, lo cierto es que el Sistema de Alerta Rápida aún no ha emitido ninguna alerta desde su instauración a inicios de este año. Esto se debe a que los oficiales no han logrado ponerse de acuerdo acerca de la seriedad de la intervención rusa identificada, por lo que las alertas no se emiten y, en su lugar, se crea una pila de información y datos sin analizar.
Unido a esto, la emisión de alertas también se ha visto frenada debido a los propios conflictos internos de la Unión Europea y sus límites con la libertad de expresión. En este sentido, los oficiales del sistema de alertas se han visto limitados a la hora de señalar publicaciones que demuestran intervención rusa, ya que, en muchas ocasiones, estas están ligadas a partidos políticos europeos.
La plataforma no puede emitir alertas con respecto a campañas de origen europeo, ya que podría ser visto como un acto de violación a la libertad de expresión o, por otro lado, como un acto de posicionamiento político.
Esta situación plantea una diatriba compleja en la que la emisión de alertas podría permitir que se frene la intervención extranjera online, pero, a su vez, podría generar resentimientos y división interna.
El problema del sistema de alertas va más allá de un plano ético o meramente logístico, si no que también enfrenta sus retos en el panorama diplomático. En este sentido, las alertas también pueden representar un punto de conflicto entre las autoridades europeas debido a sus diferencias políticas.
Esto resulta especialmente evidente cuando un gobernante utiliza la desinformación o campaña generada por Rusia para atacar o emitir un juicio acerca de alguno de los 28 miembros de la Unión Europea, situación ante la cual los oficiales del sistema de alertas no pueden posicionarse políticamente.
La iniciativa del Sistema de Alertas Rápidas nació como una innovación supranacional que, por primera vez, uniría a varias naciones con el objetivo de frenar la manipulación del electorado. Sin embargo, la iniciativa, que se creó con el precedente de proyectos exitosos como el equipo cazabulos de la UE, ha dejado mucho que desear ante los ciudadanos europeos.
La ineficiencia del proyecto cuestiona la verdadera capacidad de la UE de articularse como una verdadera unión de naciones. Sin embargo, la inversión volcada en este sistema y la contratación de profesionales exclusivamente dedicados a la plataforma podrían significar el inicio de una nueva era para el Sistema de Alertas Raápidas.