Primeras consecuencias legales de la entrada en vigor de la GDPR

La ley general de protección de datos, o GDPR, que entró en vigor el pasado 25 de mayo, supuso una sacudida en la industria tecnológica. Las páginas web, redes sociales, newsletters, aplicaciones y negocios tuvieron que reconfigurar la manera en la que recababan datos de usuarios, los almacenaban y los compartían con terceros. Solo han pasado dos semanas y sin embargo ya se atisban los efectos de la nueva normativa en la actividad de la industria tecnológica.
Facebook ya ha recibido denuncias por el uso que hace de los datos de usuarios
La semana pasada se conocía que un ciudadano austríaco denunciaría a las grandes empresas como Facebook, Google,instagram y WhatsApp por infringir, a su parecer, la política de privacidad, forzando a los usuarios a aceptarla si querían seguir empleando las plataformas.
Además, Facebook ha admitido recientemente que comparte información de usuarios con fabricantes como Apple, Amazon, Blackberry o Samsung. No le ha quedado otra tras la entrada en vigor de la GDPR.
La GDPR, de hecho, exige que cuando apps como Facebook o Instagram explicaran la nueva política de privacidad a los usuarios, apareciera una opción más allá del «sí» y el «no» para aquellas personas que solo estuvieran de acuerdo con compartir una parte de sus datos. Sin embargo, la libertad de los usuarios ha quedado restringida de forma binaria: aceptarlo todo o no aceptar nada.
Algunos usuarios también denunciaron a través de Twitter que Facebook empleó otras técnicas poco usuales para forzar a que el usuario aceptase la nueva normativa. Incluían notificaciones falsas para que aumentara la prisa por aceptar la política de datos y poder abrirlas, y el bloqueo total de la sesión si no aceptaban en el momento.
Facebook actually put *fake red dots* to try and make you think you have messages even if you don’t, so you agree to their tracking more hastily. Read full complaint against Facebook: https://t.co/uI5fYairtK – with tricks like that, sorry Facebook, you deserve to be hit hard. pic.twitter.com/inThjgPoov
— Francis Irving (@frabcus) 28 de mayo de 2018
También recientemente las organizaciones de consumidores de España, Portugal, Italia y Bélgica se han unido para denunciar a Facebook en este mismo tema. Desde la OCU y sus homólogas europeas se considera que la red social trabaja con los datos de los usuarios como moneda de cambio y genera un beneficio que pone en riesgo a la propia persona. La organización requiere unos 200 euros de indemnización por cada español con cuenta en Facebook.
Por otro lado, además de denuncias, hay quien ha decidido sacar rentabilidad de la privacidad de los usuarios de otra manera. El diario The Washington Post ha creado una suscripción «europea» que vale 30 dólares más que la suscripción básica, en la que se permite al usuario acceder al contenido sin anuncios y un control absoluto de su información.
Did you read any of the privacy notices you got via email?
— Entrepreneur (@Entrepreneur) 29 de mayo de 2018
Este puede suponer el camino que muchas empresas sigan en un futuro cercano. Pagar por mantener nuestra privacidad a salvo sigue siendo un negocio que no ha hecho más que despegar; porque, como señala esta encuesta, a pesar de los cientos de mensajes, correos y notificaciones de cambios, la gran mayoría de lo usuarios no se paró a leer nunca.