Qué es el ‘doxxing’

Dentro del ciberacoso existe una categoría muy concreta denominada doxxing y que recibe su apelativo como un neologismo derivado de la palabra inglesa documents (documentos), al ser dox una abreviatura de documents. Esto es así porque se trata de una conducta consistente en desvelar información personal y/o confidencial procedente de documentos pertenecientes a la víctima y obtenidos de manera no autorizada.
Dox se emplea como abreviatura de la palabra documents (documentos), añadiéndose la terminación en gerundio (-ing) para expresar acción
Puede derivarse de conductas relacionadas con la venganza, el acoso o la extorsión en función de los objetivos últimos que pretenda el actor que incurre en este comportamiento, pero la esencia es que al acoso que sufre la víctima se llegue por la revelación de información privada contenida en los documentos hechos públicos.
A partir de la publicación de este tipo de información pueden generarse consecuencias como la difusión pública de la identidad de un usuario de un perfil social, la dirección personal de la víctima, su número de teléfono, su lugar de trabajo, información económica, datos familiares… datos todos ellos que la víctima había mantenido en la más estricta privacidad y que no desea que se conozcan públicamente.
Como consecuencia de que los atacantes consigan estos datos las víctimas pueden ver cómo se contratan en su nombre servicios o se adquieren productos o puede avanzarse en el acoso más allá del mundo virtual actuándose en el mundo «analógico». Incluso pueden ver su identidad suplantada para la comisión de delitos, pero en la mayoría de los casos los efectos son de hondo calado reputacional en función de cómo se maneja la información confidencial a la que se tiene acceso.
Independientemente de que llegue a materializarse el acoso, las víctimas del doxxing sufren la comprensible inseguridad al verse expuestas, lo que puede generar cuadros de ansiedad y en ocasiones obliga no ya sólo a abandonar redes sociales sino incluso a cambiar de vivienda, además de poder ser fuente de problemas laborales por el acoso recibido al conocerse esta información.
Según un informe de Amnistía Internacional un 20% de las mujeres en España afirman haber sufrido acoso en redes sociales y de estas hay un 26% que al menos en una ocasión ha sido víctima de doxxing.