¿Qué significa ser un «stalker»?
El término stalker no implica nada positivo y, sin embargo, podemos encontrarlo sin mayor dificultad por las redes sociales. Quienes lo emplean lo hacen para referirse al acto de seguirle la pista a alguien a través de sus perfiles en distintas plataformas; lo que, en términos quizá más castizos, podríamos solventar con “cotillear”.
En inglés, «stalker» significa acosador, pero la acepción actual se emplea mayoritariamente para el rastreo en redes sociales
Pero los millennials y la imbricación cada vez más evidente entre castellano e inglés pueden ofrecernos curiosas alternativas al vocabulario de nuestros mayores. Stalkear, convertido en verbo, se refiere al acto de rastrear a alguien, y quien lo hace es un stalker, que en inglés se traduce como “acosador”. Como hemos dicho, nada positivo.
El cariz actual del término viene determinado por su uso en Internet: no se vigila una ventana o un patio, sino un feed de Instagram, una cronología de Twitter o el muro de Facebook. Exnovios, amigos, compañeros de trabajo…nadie se libra de la búsqueda.
Pero para muestra, nada hay más fácil que recurrir a las redes sociales para saber de la popularidad de un elemento: en la última hora, se han publicado 230 tuits con la palabra stalker, 60 con stalkeando y 40 con “stalkear fuerte”.
El fácil acceso a la huella digital de los demás quizá sea una vía de divertimento y de material de conversación entre amigos, pero también hay que tener en cuenta que nosotros podemos ser los “stalkeados”. Con la acepción parece ir de la mano la precaución y el conocimiento de las medidas de seguridad y privacidad que las grandes plataformas sociales ofrecen.
La actividad de estos “observadores silenciosos” puede ir desde un enorme repaso con “me gusta” a fotografías antiguas en Instagram a molestar seriamente a los usuarios con cuestiones privadas. Aunque la intención primigenia de un stalker es que no se note lo que está haciendo, las llamadas de atención de cada uno pueden ser variadas.
El término, popular desde hace algunos años, se escucha y lee cada vez más sin que eso implique una aceptación formal. Desde la Fundéu piden que, como alternativa, se empleen los verbos husmear, acechar o espiar.