Qué son los ‘flogs’ y por qué no son una buena estrategia

En un momento en el que las tendencias en marketing digital cambian con rapidez, muchas marcas y pequeñas empresas pueden verse arrastradas por modas que no saben controlar demasiado bien o que incluso no necesitan. Esto, que ya ha pasado con el influencer marketing, puede seguir ocurriendo a la hora de querer tener buena presencia online y pensar en los ‘flogs‘.
Algunas marcas ampliamente reconocidas como Madza o Wallmart han recurrido a los flogs para mejorar su reputación online, consiguiendo lo contrario
Aunque mantener activo un blog pueda ser una buena estrategia corporativa, lo cierto es que hay distintas formas de enfocarlo. Una de ellas, que suscita controversias éticas, es el ‘flog’.
Este término resulta de unir las palabras ‘fake’ y blog’, en inglés y se refiere a crear un blog falso, aparentemente ajeno a la actividad de nuestra empresa o marca, pero que resalta los beneficios y las oportunidades del negocio.
De este modo, a través de otras redes sociales podremos dar con algún blog dedicado al mundo culinario que ensalza, repetidamente, la actividad de un grupo en concreto, o que muestra una falta evidente de personalización más allá de los posts. No están ligados directamente a la empresa -al menos, no de forma visible- pero el tipo de contenido que ofrecen siempre beneficia a un mismo distribuidor.
Internet ha conseguido cimentar la desconfianza como pieza fundamental en la navegación de los usuarios. Esta situación debe tenerse en cuenta a la hora de crear una estrategia que pase por querer engañar, de un modo u otro, a la audiencia.
De este modo, y a pesar de que grandes nombres como Mazda, Vichy o Wallmart han apostado en algún momento por los flogs, poner en entredicho la fiabilidad de nuestro negocio no es una buena idea.
Lo mismo sucede cuando los usuarios encuentran comentarios falsos de valoración de actividades, restaurantes o empresas online. El descrédito supera a otros aspectos positivos que la marca quizá mantenga, y los clientes preferirán una empresa moralmente coherente.
Quizá el punto más importante a tener en cuenta, también como usuarios, es el de cómo descubrir que un blog que alaba el contenido de una marca es en realidad un flog. Como pasa con los bots de las redes sociales, las estrategias se refinan y ser conscientes del engaño cada vez es más complicado. Sin embargo, la argucia casi siempre acaba saliendo a la luz dando muy mala imagen a la empresa, por lo que la propuesta es arriesgada.