Redes sociales: Tu privacidad también es cosa tuya

Las redes sociales han cambiado la forma en la que nos relacionamos entre nosotros, introduciendo un nuevo canal que nos permite difundir nuestras ideas, pensamientos, sensaciones, imágenes, dónde estamos, qué hacemos y un sin fin de información que en realidad, si nos paramos un momento a pensarlo, puede revelar (y revela) muchísima más información de la que pudiera parecer a primera vista.
Las redes sociales deben implementar todas las alternativas necesarias para que los usuarios puedan proteger correctamente su privacidad; no es de recibo, por ejemplo, que cada cierto tiempo la política de privacidad de estos servicios sean modificadas y se abran todos los perfiles sin la autorización de los usuarios. Sería muy conveniente que existieran, como ya ocurre con la publicidad por ejemplo, organizaciones de autoregulación del sector y que tuvieran en especial consideración el uso de estos servicios por parte de menores, al ser éstos un grupo de usuarios con un nivel de madurez menor, fácilmente manipulables y accesibles a través de estos canales.
Debemos tener en cuenta que en muchos casos estas redes sociales están ubicadas en el extranjero (comúnmente Estados Unidos) y encontramos las condiciones de uso en inglés, por lo que en muchos casos hay usuarios que no las entienden y, además, sin una forma concreta de reclamar en el caso de que tengamos una queja o veamos vulnerado algún derecho (por ejemplo, que alguien suba una foto nuestra que no queremos que esté en la red porque resulte comprometida). Por otro lado, aunque las Condiciones de Uso sean un rollo, es muy recomendable leerlas antes de comenzar a usar el servicio para saber si, por ejemplo, cedemos los derechos sobre las fotos que subamos a la red en cuestión.
Por tanto también el usuario debe tener claro que él es el primer responsable de mantener a salvo su privacidad y, por tanto, debe configurar su cuenta limitando el acceso a sus datos a las personas que realmente desee que puedan acceder a ellas. Normalmente las personas con acceso serán aquellas que formen su círculo de amigos, por tanto se debe pensar muy bien a quién agregamos como amigo.
Uno de los grandes riesgos a los que nuestra privacidad se enfrenta en las redes sociales es a la pérdida de control sobre nuestra propia privacidad ya que, a pesar de dar de baja un perfil, hay determinada información sobre nosotros que puede permanecer en la red a disposición de quién nos busque.
Si pensamos en nuestras cuentas en cualquier red social y las revisamos un poquito (o la de nuestros amigos, o incluso un amigo de un amigo al que jamás hayamos visto) podemos conocer bastante aspectos de su privacidad. La lista va desde nombre y apellidos hasta religión, preferencias sexuales, gustos, estilo de vida, capacidad económica (dónde vivimos, fotos de nuestro coche, de nuestras casas, de los lugares que visitamos con nuestros amigos) e incluso la localización exacta (pensemos en el servicio de localización que viene incorporado en las apps para móviles) en la que se encuentran, y todo ello gracias a los datos que uno mismo aporta no sólo a través de comentarios si no a través de la fotos que se suben a la red. Las empresas saben esto y en los departamentos de Recursos Humanos, además de nuestro currículum, le echarán un vistazo a nuestro perfil en las redes sociales, por lo que se hace muy necesario configurar las opciones de privacidad para que no accedan a nuestro perfil personas a las que no hemos autorizado.
No es cuestión de volverse paranoico, pero sí de pensar un poquito antes de compartir información a través de las redes sociales. Con sólo algunos sencillos consejos, lograremos que nuestra privacidad se encuentre más protegida:
– Configurar las opciones de privacidad para que nuestra información sólo sea visible a personas de nuestra confianza
– Agregar a las redes sociales sólo aquellos perfiles de personas que conozcamos realmente
– Pensar, antes de subir una foto, qué revela sobre mí y si el resto de personas que están en la foto están de acuerdo con su publicación en esa red social
– Y en general, no escribir nada ni subir ninguna foto que no quisiéramos que viera nadie ajeno a nuestro círculo (por ejemplo el departamento de Recursos Humanos de la empresa a la que hemos pedido trabajo).
Las herramientas que nos proporcionan las redes sociales son útiles y debemos usarlas pero de un modo responsable y consciente de que a través de ellas exponemos una parte de nuestra privacidad, pero tenemos en nuestra mano fijar el límite.
*Artículo escrito por María Gómez Moriano, Privacy Director at Mind Your Privacy