Social Selling: Empieza por tu página web
Ya hemos visto en muchas ocasiones que las redes sociales son herramientas muy efectivas para las personas que trabajan en ventas. La presencia en las redes y otros medios sociales es esencial para todas las etapas del proceso de ventas, desde que sea crea conciencia sobre un producto o servicio hasta el momento en el que se hace la compra. Es lo que conocemos como Social Selling.
Sin embargo, esta presencia no debe limitarse a simplemente abrir una cuenta en Facebook, LinkedIn o Twitter y conformarse solamente con estar. Hay que tener un plan de acción para poder lograr esa venta final que, además, posiblemente ocurra a través de otro medio.
Las redes sociales representan un puente que lleva a la audiencia más cerca de una compañía, marca, producto o servicio. La clave está en utilizar esa puente de manera efectiva y promover que la persona lo quiera cruzar y no optar por otra ruta.
Para hacerlo, es necesario pasar por un proceso que incluye escuchar, identificar a la audiencia y diseñar el mensaje. Antes de ese proceso, debemos asegurarnos de que el diseño y mensaje de nuestra página principal de negocios, nuestra página web, es el adecuado. No tener página web o no tenerla lista y completa es lo mismo que llamar a un teléfono que esté ocupado todo el tiempo. Si este es el caso, perdemos oportunidades.
Antes de pretender llamar la atención a través de una cuenta en las redes sociales, es importante que comencemos por «nuestra casa». ¿Por qué? Porque de nada vale que tengamos esa presencia fuerte en las redes, haciendo ver que somos seres útiles y de información si cuando vayamos a dirigir el tráfico a nuestro “centro de comando” el mismo no está preparado. Tener la página de Internet en orden incluye preocuparse por el diseño, navegación, optimización, y contenido del mismo.
El diseño se refiere a la estructura gráfica de la página. Esto incluye – aunque no se limita solo a ellos- los siguientes aspectos: colores, logo, fotos de calidad, ubicación de elementos, tema, uso de fuentes consistente.
La navegación se refiere a que la página sea fácil de usar, el contenido fiel a lo que dice cada botón y que el visitante no tenga que realizar un esfuerzo adicional para encontrar información o completar un formulario.
La optimización se refiere a elementos tales como el hecho que la página funcione perfectamente bien en dispositivos móviles o que esté optimizada para buscadores como Google. Aquí juega un papel muy importante lo que se conoce como el SEO, o Search Engine Optimization, que consiste en que el contenido de nuestra página esté en línea con las palabras claves y tags que le estamos diciendo a los buscadores que el contenido tiene. Si cumplimos con la estructura y orden de estos elementos, es más posible que nuestra página aparezca en las páginas de resultados cuando nuestros potenciales clientes estén navegando en Internet.
Finalmente, el contenido de la página se debe actualizar de manera consistente, o al menos de forma fiel a lo que prometemos. Esto incluye, actualizar la web con contenido nuevo original y añadir otros elementos de valor que logren captar la atención de la audiencia.
Por ejemplo, si en una red social ponemos en una publicación, “dar click aquí para encontrar cómo hacer tu maleta para un viaje de 10 días en menos de 10 minutos,” es lógico que ese enlace lleve a la persona al artículo en nuestra página que tenga que ver con eso. Pero, si pensamos con lógica, podemos incluir en ese artículo enlaces a los artículos relacionados o dirigirlos a otro lugar de nuestra página web que ofrezca algún tipo de valor adicional.
Antes de comenzar a pensar en tu estrategia de social selling, debes comenzar a darle forma a tu propio hogar, tu página web, tu sistema de correo electrónico, tu página de contacto. De esta manera podrás asegurar que la comunicación continuará entre las partes. Es algo así como invitar a gente a entrar a tu casa.