A raíz de los atentados que se vivieron el día de ayer en Sri Lanka, el gobierno ha prohibido el acceso a mayoría de las redes sociales. Facebook, Instagram, WhatsApp, YouTube, Snapchat y Viber han sido bloqueadas y no podrán ser descargadas ni utilizadas a partir de ahora. Otras apps como Twitter, que no cuentan con tanta popularidad en la zona, han sido omitidas en las prohibiciones.
Gran parte de la población recurre al uso de VPN o conexiones privadas virtuales con las que pueden engañar al sistema y así utilizar las apps bloqueadas
El gobierno ceilandés ha señalado que esta medida unilateral fue tomada para evitar la proliferación de contenidos violentos y noticias falsas que pudieran afectar a la población o promover otra oleada de atentados.
Por los momentos se desconoce hasta cuándo durarán estas prohibiciones. Sin embargo, las autoridades han anunciado que mantendrán las regulaciones al menos hasta que concluyan las investigaciones sobre los ataques.
De acuerdo a los reportes de organizaciones independientes como Net Block, la prohibición se ha hecho solo instantes luego de que transcurrieran los atentados, por lo que el número de publicaciones y visualizaciones en redes sociales ha sido muy limitado.
La rapidez de esta respuesta gubernamental va de la mano con el precedente que sentó otro ataque en Sri Lanka en 2018. En aquel entonces la difusión de discursos de odio y noticias falsas en redes sociales incitaron a la persecución y linchamiento de musulmanes, por lo que el gobierno ya tuvo que suspender las apps temporalmente. Es por ello que en esta ocasión las autoridades actuaron con suma rapidez para evitar que se repitiera el episodio.
Sin embargo, los bloqueos del gobierno a las redes sociales resultan ineficientes. Estudios elaborados por investigadores ceilandeses durante los linchamientos del año pasado han demostrado que estas prohibiciones afectan a menos de la mitad de los usuarios. Esto se debe a que gran parte de la población recurre al uso de VPN o conexiones privadas virtuales con las que pueden engañar al sistema y así utilizar las apps bloqueadas como si vivieran en otro país.
Además, teniendo en cuenta que WhatsApp es una de las redes sociales más utilizadas en Sri Lanka, la privación de sus servicios afecta negativamente las comunicaciones y aumenta el pánico entre los ciudadanos al verse incomunicados con sus seres queridos.
La repetición de sucesos como este remueven el debate preexistente sobre la injerencia de los gobiernos en el control de redes sociales y la falta de efectividad de muchas apps en el desarrollo de algoritmos y moderadores que controlen la difusión de contenido problemático.